Zapata 21: La presea y la política, una lectura de la coyuntura

“Se puede tener el poder y no pasar a la historia, se puede pasar a la historia sin tener el poder”. Palabras del Diputado Federal Porfirio Muñoz Ledo y Lasso de la Vega al declinar su permanencia al frente de la Cámara de Diputados.

I

El otorgamiento de la presea Sentimientos de la Nación esconde un profundo cambio político en Guerrero. Esta coyuntura propicia el análisis a fondo de la política guerrerense y constituye el primer desenlace histórico de los resultados electorales del año pasado. Eso pretendemos hacer en estas líneas.
El galardón fue asignado a dos jóvenes estudiantes del CONALEP de Chilpancingo, lo cual desató una polémica que está creciendo respecto a la PERTINENCIA de la asignación. Se ha dicho (nos parece que con razón) que en esta ocasión el reconocimiento se aleja del espíritu de su creación hace un cuarto de siglo, que a la letra dice: “La presea Sentimientos de la Nación se otorga: a personas nacionales o extranjeras que hayan tenido una DISTINGUIDA TRAYECTORIA (subrayados míos. O.N) que coincida con los principios políticos del Primer Congreso de Anáhuac y de los Sentimientos de la Nación, como son la lucha por la paz, la democracia, la defensa de los derechos humanos y, en general, los más altos valores de la humanidad”.

II
La asignación de la presea es sólo la punta del iceberg de un gran cambio que se operó en la cámara de diputados. Hace un año, Morena obtuvo una gran ventaja en el congreso local, donde llegó con la mayoría calificada más abrumadora en la historia del estado de Guerrero; ni en los mejores tiempos del PRI hubo una mayoría tan holgada como aquella que se configuró hace un año a partir de los votos ciudadanos. A esa mayoría se unió la diputada calentana Celeste Mora Eguiluz, quien llegó originalmente postulada por el PRD y se sumó a la nueva mayoría. Otro diputado que llegó por el PT hizo lo mismo y la fracción de Morena se convirtió en una apabullante mayoría aritmética.
El PRI llegó con una minoría de legisladores, entre ellos Héctor Apreza Patrón, que ya había sido legislador y presidente de la Junta de Coordinación Política hace quince años y que, si le hubieran salido bien las cuentas al PRI y al gobernador, sería el coordinador de bancada y presidente del congreso.
A partir de esa realidad aritmética la fracción priísta se dedicó a dar largas a todos los temas importantes de la agenda legislativa y a intervenir reiteradamente para lograr puntos de acuerdo ‘de urgente y obvia resolución’ con el fin de paralizar a la bisoña fracción de Morena. En todas las sesiones se incluían puntos de acuerdo propuestos por el grupo priísta para censurar algunas medidas del gobierno de AMLO. En todas ellas ganaba las votaciones para realizar exhortos al gobierno federal respecto a determinados temas. En la práctica, el congreso local actuó como si fuera la contraparte del gobierno federal y no el interlocutor del gobierno estatal de Héctor Astudillo Flores.
De esa operación política formó parte el paro laboral que los trabajadores de base mantuvieron durante dos meses para sacar de balance a los diputados de Morena (lo cual no invalida lo justo de sus demandas). De ese paro laboral regresaron los diputados a trabajar siete días y enseguida se concedieron un largo periodo vacacional de un mes. Por supuesto que en ningún momento dejaron de percibir sus sueldos, que son cercanos a los doscientos mil pesos quincenales. Después de ese paro todo había cambiado y varios diputados que se habían ido con Morena decidieron acercarse a la fracción priísta e incluso miembros originales de la fracción magenta decidieron irse con el PRI en el marco de las críticas a la política de AMLO. Cuando se escriben estas líneas la fracción de Morena ya no tiene mayoría aritmética y en solitario no puede sacar ningún acuerdo importante en el congreso.

III
En plena campaña electoral hubo voces que dijeron que los candidatos a diputados locales de Morena no reunían los perfiles que se requieren para esos cargos. Una vez conformada la fracción mayoritaria original, con el paso de los meses y la discusión política quedó claro para todo mundo que Morena tenía una mayoría inútil que no daba una a la hora de la discusión; hubo diputados que argumentaron puntos de acuerdo fundamentándose en leyes que ya habían sido derogadas, otros pasaban a tribuna para dirigirse ‘a esta sexy legislatura’; la mayoría se refugió en un silencio más grande que el agua del océano Pacífico, nada tenían que decir que valiera la pena. En lo único que han sido consistentes es en dar la nota respecto a sus interminables pugnas internas.

Desde un principio los legisladores se alinearon de acuerdo a la tribu que los había propuesto, reproduciendo los peores vicios del perredismo, de donde procede la mayoría de ellos. Ese celo tribal no se expresa en las obligaciones partidarias: ningún diputado aporta su cuota al partido que lo instaló en la curul. Eso sí, son muy buenos para gastar el dinero ajeno; cuando el presidente López Obrador pronunció un discurso en Tijuana, de Guerrero fueron ocho diputados que cargaron sus viáticos al congreso. El sueldo que reciben (que es el triple de lo que se asignó el presidente López Obrador) queda a salvo de sus frecuentes viajes y la intensa frivolidad con la que se conducen. Las prioridades que tienen se pusieron de manifiesto cuando aprobaron la compra de un equipo de conteo electrónico con un valor de más de siete millones de pesos para registrar las votaciones en el congreso (una inversión demasiado grande para contar a 46 legisladores y que ¡Nunca ha sido utilizado!).

IV
Fue en ese contexto que se produce la votación en torno a la presea Sentimientos de la Nación. La fracción de Morena propuso originalmente a la periodista Carmen Aristegui pero no buscó el consenso, pensaron que podrían avasallar con una correlación de fuerzas que ya había cambiado. Tampoco tomaron en cuenta el contexto ni el perfil que se requiere para ese tipo de distinciones. Guerrero viene de atravesar una coyuntura de ingobernabilidad, inestabilidad política y sordas confrontaciones entre el gobernador del estado, Héctor Astudillo y el delegado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros. Han sido meses de dimes y diretes, de tomas de bodegas, de bloqueos carreteros y de otros eventos que dejaron claro que el gobierno local pretendía jugar a las vencidas con el federal.

Para enfrentar la inapropiada propuesta de la fracción mayoritaria, el equipo resto del mundo (PRI, PAN, PRD, MC, VERDE, MEDIO PT) propuso a dos jóvenes estudiantes del CONALEP de Chilpancingo que habían obtenido un premio por un concurso de robótica, ganando la votación y desatando la polémica que hoy mantiene la sociedad guerrerense.

La votación concluía un año de operación política dirigido por Héctor Apreza Patrón para quitarle la mayoría a Morena. El talentoso y culto diputado priísta logró en el trasiego político revertir la aparatosa derrota de su partido en las urnas. Los diputados de Morena afirman que las defecciones y reagrupamientos son aceitadas con la billetera del gobernador Astudillo; puede ser, pero lo que origina la diáspora es la falta de estatura moral e intelectual de los diputados morenistas, agrupados de manera tribal en sus ‘corrientes’ antes que en una fracción parlamentaria, objeto de todo tipo de escándalos y reyertas sin sentido que sólo desmoralizan a sus partidarios. Esa fue una forma de dilapidar con prodigalidad provinciana la holgada mayoría que el pueblo guerrerense les regaló en las urnas. Hoy los abandonan porque no se han dado a respetar. Héctor Astudillo no es tan manirroto como René Juárez y Rubén Figueroa Alcocer, pero la billetera de estos últimos no fue suficiente para doblar a Octaviano Santiago Dionicio, que coordinó una fracción de izquierda minoritaria pero digna, aquella que debatió cuando el presidente de la Junta de Coordinación Política era Héctor Apreza.

V
Los morenos pensaron que podrían mayoritear y sin buscar consensos fueron a la votación, el resto del mundo se agrupó y lo único que le interesó fue no dejar pasar la propuesta de los de enfrente. Ni unos ni otros se detuvieron a pensar un segundo el significado profundo de la presea ni menos a analizar el difícil momento por el que atraviesa el estado de Guerrero. Salta a la vista la visión estrecha de los dos bandos.

La diputación de Morena, independientemente de que tuviera o no mayoría, debió proponer a un personaje de perfil universal. Carmen Aristegui es una gran periodista, que encabezó la crítica al gobierno de Enrique Peña Nieto y está en la primera fila de la que se realiza contra el nuevo régimen de López Obrador. Esas eran prendas suficientes para merecer la medalla… pero en otros tiempos, no en estos en que Guerrero viene de un año de desencuentros y nuevos acomodos transicionales que han minado la gobernabilidad. Para enfrentar esa propuesta (que no era mala, sino inadecuada por los tiempos) el resto del mundo debió hacer lo que no hizo la izquierda y proponer a una personalidad con el talante de la inmensa mayoría de personajes ilustres que han recibido el reconocimiento. En lugar de ello improvisaron una propuesta inadecuada que no cumple los requisitos de pertinencia para obtener el galardón.

VI
Algunos dicen que es la mano del gobernador la que mece la cuna. No es cierto, él es el principal damnificado del dislate, como veremos más adelante. El hecho de que su secretario general de gobierno, Florencio Salazar Adame, fuera el primero que puso el grito en el cielo por la designación (la que calificó de ‘mediocre’ y después reconoció que ‘sólo era inadecuada, pero las palabras cuando salen ya no regresan’) es muestra de que la aberración no se operó desde palacio. El encargado de las comunicaciones del Ejecutivo con el Congreso (sus dirigentes formales, las fracciones y los diputados en particular) es el subsecretario de asuntos políticos de la secretaría general; es decir, es subordinado del secretario Florencio Salazar. El ahora secretario de gobierno era presidente de la Junta de Coordinación Política en los tiempos en que la medalla fue instituida, por lo que siempre ha tenido interés en que la presea no se devalúe y se cumplan cabalmente los requisitos para su asignación. Un golpe a la Sentimientos de la Nación constituye un golpe contra Florencio, de ahí lo airado de su reacción original.

VII
La valoración para designar quien recibe la presea es atribución del congreso, pero la medalla la entrega el gobernador del estado a nombre de todo el pueblo guerrerense en sesión solemne y con la presencia de los tres poderes. Ese protocolo es el mayor acto republicano que tiene el estado de Guerrero; en él toda la sociedad (las izquierdas, las derechas, los ricos, los pobres, los religiosos y los agnósticos) están representados en un acto pleno de simbolismo.
Ese dato debió analizarse por todo el congreso, más aún por la fracción priísta y el resto del mundo que encabeza Héctor Apreza. Es increíble que no valoraran el momento político: tenemos un gobernador que está pidiendo la autorización de un crédito quirografario de dos mil quinientos millones para enfrentar los compromisos contractuales de fin de año, que se ha quejado de descuentos de las partidas federales, que mantiene una sorda disputa con el delegado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, que ha sido abucheado en actos masivos y que está en la antevíspera de entregar el poder a un gobernador que NO SERÁ DE SU PARTIDO.

Que nadie se llame a engaño, la fina maniobra política de Héctor Apreza funciona en la superestructura, en el congreso; en la base social no tiene ninguna implicación; ayer se publicó una encuesta donde la aprobación del presidente López Obrador está en 80 puntos en Guerrero, abajo sólo del estado de Nayarit. Hace un año, en la coyuntura electoral tenía estos mismos números, sólo que en aquel caso debajo de Tabasco, donde el candidato de Morena tenía números cercanos al 90 por ciento. Una salida fácil del Morena frente a la tergiversación del resultado electoral (que no otra cosa significa la nueva correlación de fuerzas en el congreso, aunque hayan tenido la culpa los diputados morenos) sería apelar a la movilización popular. Para ello necesita recuperar su honorabilidad, aportar sus cuotas y bajarse el sueldo, cosas menos que imposibles. Si así ocurriera, no sería Héctor Astudillo el que entregara la gubernatura dentro de dos años.

VIII
Una buena asignación de la medalla hubiese constituido un tanque de oxígeno para el gobernador. Como todos los actos de buena fe, la entrega de la presea tiene repercusiones que no concluyen con el protocolo de la recepción. El acto FUNDACIONAL que constituye la ceremonia sirve para acercar a los que están distanciados, para limar asperezas y para enviar un mensaje institucional que siempre va más allá de la coyuntura. Un buen discurso por parte del recipiendario deja profundas resonancias y obliga al gobierno, a las oposiciones y a los analistas políticos a fijar la mirada en un horizonte que rebasa con mucho el corto plazo. Es válido que días antes de la ceremonia el gobernador se reúna con el galardonado y le exprese la coyuntura por la que atraviesa el estado. El recipiendario hace eco de esas preocupaciones y procura encauzar su discurso de una manera que sea provechosa PARA TODO EL ESTADO y para que la Federación vuelva una mirada comprensiva hacia nuestro terruño.
Todo eso se les olvidó a los diputados (o quizá nunca lo han sabido). El hecho es que ahora metieron un ruido adicional a un ambiente que de por sí ya tenía muchos decibeles. Los resultados de las pifias de TODOS es que su prestigio esté por los suelos; el debate que hoy se está dando en la sociedad es mucho más ilustrado, institucional y productivo que los ruidos guturales de sus enfrentamientos cotidianos en la máxima tribuna del estado.

IX
Los diputados son indignos de su alta investidura… pero ya están ahí. Me parece que todavía hay tiempo de salvar el buen nombre de la presea. Aclaremos primero; el resultado de la asignación debe revisarse para salvarla del descrédito y la banalización. Veamos: si se consuma la premiación tal como está ahora, el año próximo se propondrá a los niños triquis que juegan basquetbol descalzos y que han sido la admiración hasta de los jugadores de la NBA, también los jóvenes campeones de la olimpiada de matemáticas, los campeones mundiales de ajedrez y todos los jóvenes y niños guerrerenses (mayoritariamente indígenas, un buen dato) que están brillando con luz propia en los campos del arte, la ciencia y el deporte. La designación de hoy obliga a que las próximas dos que le restan a esta legislatura las haga con los mismos criterios (o con la ausencia de ellos) con los que decidieron ahora. Con ello perdería sentido la idea original de otorgar la presea, que se cita al principio de este ensayo.

Cualquier modificación del resultado original debe preservar la honorabilidad de los talentosos jóvenes ganadores del concurso de robótica (he ahí otra aberración: se les premia porque acaban de recibir un premio). El camino más corto es la declinación por parte de los jóvenes de un reconocimiento que seguramente les ha causado problemas e incomprensiones. Siendo exigentes, los muchachos podrían demandar al congreso por daño moral, por ponerlos en el centro de una discusión pública a la que son ajenos y en la que sin querer de alguna manera se les cuestiona. La declinación debe acompañarse de un jugoso premio en efectivo a cada uno de los muchachos que les dé certidumbre a su prometedora carrera académica y científica.

Designar a un nuevo recipiendario obliga a posponer la ceremonia de premiación una semana. De cualquier forma, ello acota a los posibles galardonados; es evidente que ya no podrá ser un personaje nacional o extranjero, debe ser un guerrerense o avecindado aquí que pueda preparar un discurso (o improvisarlo) en dos o tres días. Reitero mis propuestas de los doctores Jaime Castrejón Díez, Arquímedes Morales Carranza y del politólogo y diplomático Víctor Flores Olea.

Cuando escribo estas líneas leo el mensaje del nuevo presidente de la mesa directiva del congreso, diputado Alberto Catalán Bastida, un discurso unitario en donde hace un llamado al trabajo productivo, a la pluralidad y al respeto mutuo entre los legisladores y sus fracciones. Hechos son amores, podría comenzar su mandato enmendando este entuerto y encauzando al congreso por una ruta donde recupere su honorabilidad hoy tan lastimada.

CORREO CHUAN

Desde hace una década, cada vez que se entrega la medalla Sentimientos de la Nación recibo una invitación para estar en el auditorio del mismo nombre en la ceremonia; he asistido un par de ocasiones. De no modificarse el veredicto de este año no asistiría. Sé que no es un dato importante para mis dos o tres lectores; para mí sí, porque las veces que he asistido voy en busca de luces y de orientaciones de largo plazo (aparte de saludar a algunos amigos). Por mi parte, con este ensayo concluyo mis intervenciones respecto a este tema.

El Correo Chuan dice que debe corregirse la asignación del mayor galardón que entrega el pueblo y el gobierno de Guerrero; dice también que la gran mayoría de diputados sirven para dos cosas: para nada y para lo mismo. Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.

E-mail: correochuan@hotmail.com

 

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