Coyunturas políticas: Distanciamiento total de Evelyn con Norma Otilia

* Rompen diálogo con AMLO familiares de normalistas

Rafael Solano

En varios sitios web de noticias, más en redes sociales, a lo largo de la semana transcurrida han destacado el hecho que no asistió la gobernadora Evelyn Salgado Pineda al tercer informe de Norma Otilia Hernández Martínez; agregan el dato que desde enero pasado, cuando ya estaba descalificada la presidenta municipal saliente para la contienda interna por la candidatura al Senado, la Ejecutiva del estado solicitó desalojar inmuebles estatales que albergan oficinas del Ayuntamiento.

Entre los inmuebles solicitado en devolución, al anterior palacio de gobierno que ahora es palacio municipal; las oficinas de bomberos, el Casino del Estudiante, el rastro, el centro de Control y Atención canina, el corralón donde meten los vehículos de los ciudadanos que cometieron faltas al reglamento de Tránsito y el taller mecánico del Ayuntamiento.

Sin embargo, desde hace un año comenzó el distanciamiento entre la gobernadora emanada de Morena y la presidente municipal de misma militancia; el rompimiento incluyó la exclusión de todos los eventos públicos institucionales. Eso se palpó durante el tercer informe de labores de la presidenta municipal, ya que no asistió la primera mandataria estatal y tampoco envió ningún representante y a todos los funcionarios les prohibió asistir, hasta donde trascendió.

Esa información trascendió porque en días pasados, el Congreso local recibió un escrito se solicita a los diputados locales sean intermediarios para evitar se desaloje a los trabajadores de las distintas oficinas municipales, ya que a través del Instituto de Vivienda (INVISUR) se informa en el oficio INVISUR/DG/262/2024 que en “la contestación que emitió mediante oficio número PM/401/2023 de fecha 3 de agosto del 2023 donde remite el convenio de comodato de las superficies antes señaladas; le comento que la celebración de dicho contrato a la fecha no es del interés de este organismo… Por lo que de nueva cuenta y con fundamento en el artículo 8 de la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos, haciendo uso del derecho de petición consignado en nuestra Carta Magna, le solicito a la brevedad posible, me indique el día y hora para la desocupación y entrega del inmueble en cuestión de mi representado”, firmando por la directora Rosalba Barrios Gómez.

Y a través del secretario de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Roberto Arroyo Matus, se solicitan las instalaciones de la Agencia Central de Bomberos municipal, a través del oficio SGIRyPC /UAJ/882/2024/UAJ dando un plazo de 55 días contando a partir del mes de julio. “Solicito a usted de la manera más atenta, su apoyo para que con antelación tome las medidas pertinentes, para efectuar la entrega de dichas instalaciones”, esto en “Cumplimiento al Plan Estatal de Desarrollo de nuestra gobernadora la Maestra Evelyn Cecia Salgado Pineda”.

Esta es la primera vez que un gobernador solicita de manera formal la “desocupación y entrega física” de diversos inmuebles que albergan oficinas municipales en la capital. Hasta donde trascendió, hay molestia en las altas cúpulas partidistas por la derrota de Morena en la capital porque se supone, seguiría gobernando tras ganar en 2021 con Hernández Martínez. Esa molestia la comparte tanto la gobernadora como el senador Félix Salgado Macedonio.

PASANDO A UN TEMA DISTANTE, en definitiva los padres y madres de los normalistas de Ayotzinapa no les convenció que el presidente de la república saliente, es decir Andrés Manuel López Obrador, les haya presentado la misma conclusión que el anterior gobierno: los alumnos fueron asesinados y sus cuerpos incinerados. No hubo colusión entre autoridades (más que las municipales) con los maleantes que agredieron a los jóvenes. En esa lógica, tampoco hubo participación de militares.

Los familiares de los normalistas reclamados como desaparecidos estaban convencidos, porque así los convencieron los dirigentes estudiantiles y otros dirigentes espontáneos, que los jóvenes estaban recluidos en alguna prisión clandestina como se presupone, pasó hace décadas con los participantes de los movimientos guerrilleros; en este caso, habría sucedido lo mismo porque los futuros maestros irían a liberar a sus pueblos de la ignorancia, algo que es contrario a los intereses del estado Burgués.

Los acabó de convencer el ofrecimiento en campaña del presidente saliente que él resolvería el escabroso asunto; prácticamente, buscaría hasta debajo de las piedras a los alumnos normalistas y los encontraría.

No pasó así. A un mes de la década del suceso trágico, es previsible que la entidad sea escenario de protestas destructivas. Los normalistas de Ayotzinapa desenterraron el hacha de guerra y tienen el apoyo de normalistas de otras entidades. A ver qué pasa.

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