Entre porras, gritos, reclamos y selfies, arriba AMLO

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Una gira ampliamente anunciada, es el arribo de Andrés Manuel López Obrador al aeropuerto internacional de Acapulco, “General Juan N. Alvarez”, viernes 22 de marzo. Llega para anunciar los apoyos para vivienda, que beneficiará a la clase más desprotegida, esa que ha estado olvidada por gobiernos anteriores. Es el estado, donde se abucheara al gobernador, Héctor Antonio Astudillo Flores, una afrenta que le dolió.. esperando el momento propicio para cobrársela.

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No le incomoda para nada la gente que se forma tras separadores delimitadas por el personal de seguridad del aeropuerto, unas 50 personas esperan al presidente de la República, el gobernador del estado, Héctor Antonio Astudillo Flores se pasea en espera del mandatario de la Nación, hay manifestantes de Zihuatanejo, que fueron desalojados de una zona reservada;  trabajadores del ayuntamiento de Acapulco, que fueron dados de baja por irregularidades; restauranteros y prestadores de servicios turísticos que piden indemnización por la privatización de la playa, personas que piden que no se recorte el presupuesto a la instancias infantiles y familiares y niños que tienen un tratamiento contra el cáncer en el hospital, ellos, aducen que hay un recorte presupuestal y pagan medicamentos o servicios que debiera de estarle dando ese centro hospitalario. Tímidamente se acerca el gobernador a conocer el asunto de la manifestación y protesta de éstos últimos, al parecer habla con alguien …¿Carlos dónde estás?… y conviene una entrevista para supuestamente tratar el asunto. No les fue suficiente y permanecen en espera de López Obrador.

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Y aquí recapitulamos y observamos que todos esos reclamos tienen su origen en el estado: El desalojo de una reserva territorial en Zihuatanejo, un despojo de playa a consecuencia de la construcción de una marina en Puerto Márquez y el supuesto recorte presupuestal del Centro Estatal de Cancerología, subrayamos “Centro Estatal”. La indiferencia del gobernador, fue más que evidente, reflejo de su gobierno a tres años que asegura, “se está avanzando”.

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Es el nuevo estilo de gobernar de un presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador ha roto esquemas y paradigmas, atrás quedaron los operativos de seguridad en torno a la figura del primer mandatario, el Estado Mayor Presidencial ha desaparecido. Unas “Gacelas” custodian su andar, personal de Ayudantía y acompañantes atraviesan la puerta que da a la sala general de espera, van con rumbo a la salida del aeropuerto. López Obrador es gente común, como el mismo lo ha dicho, “la gente lo cuida”, sin embargo la política arcaica y ruin, aún da “patadas de ahogado”. 

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Es pasada la una de la tarde, ya llegó el presidente, una guerra de porras y consignas hacen su aparición, “Los niños con cáncer queremos vivir”; “Solución, solución, exigimos solución”; los periodistas rompen el cerco de seguridad, se abalanzan al encuentro del presidente, una lluvia de peticiones y reclamos recibe López Obrador, la multitud se vuelve incontrolable en torno a su figura, se lucha para que lo dejen seguir avanzando, los que esperaban pacientemente al presidente quedaron relegados, algunos pocos pudieron llegar a él. Un inesperado ciudadano lo felicita por sus 100 días de gobierno y le pide que siga adelante.

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“No somos una, no somos cien, cuéntanos bien”, era la consigna de quienes se vieron afectadas por el recorte presupuestal de las instancias infantiles, insisten en que  ese programa continúe como en los mejores tiempos de otras administraciones, gobernadas por el PAN y el PRI, estas últimas fueron quienes siguiendo al mandatario federal hasta el vehículo que lo llevaría a la Convención Bancaria, rematando con un: “Nos fallaste, nos fallaste”.

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No faltó quien le gritara y vitoreara vivas y porras a López Obrador, selfies de ciudadanos, funcionarios y uno que otro periodista que no desaprovecho el momento.

Quién quedaría más mal en este desgarriate y pretensión de violentar la figura presidencial. ¿Un gobernador? ¿Un diputado federal? ¿Un Senador? La celada siempre estuvo puesta.

 

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