¿De qué estado estamos hablando?

* En Guerrero, desplazados, grupos que mantienen el control en diferentes comunidades; violencia contra las mujeres, pasan a segundo término, para contabilizar a los muertos.

“El problema existe y sería una barbaridad, una imprudencia, una torpeza, una miopía, una ceguera de mi parte pensar que el problema está resuelto”, palabras textuales del gobernador de Guerrero, Héctor Antonio Astudillo Flores vertidas a los medios de comunicación respecto al tema de la inseguridad.

Y es que el gobernador, en los últimos meses repite sistemáticamente que los índices de violencia van a la baja, apoyándose en las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Pero, realmente un gobernante puede basar sus logros en índices estadísticos, midiéndolos con los índices de percepción ciudadana, la respuesta es NO. A pesar de que nos digan una y otra vez que los números son fríos, la percepción vendría a ser todo lo contario, es decir caliente, como el plomo que atraviesa los cuerpos y que los priva de la vida.

Pero vamos más allá de contar muertos y de clasificarlos de acuerdo a los delitos en que ocurren sus decesos, obviamente en el estado, datos alimentados por la Fiscalía General de la República.

Héctor Antonio Astudillo Flores debiera de dejar esa mesa para la reconstrucción de la paz, pararse y enfrentar la crisis de inseguridad que vive el estado que gobierna y que trata de ocultar mediáticamente, ayudado por medios que se preocupan más por un convenio de publicidad, que por exhibir la situación real de lo que acontece en el estado.

Los desplazados

Desde los últimos meses del año 2019 y los dos primeros de este 2020 Guerrero enfrenta una crisis de desplazados, que el gobierno del estado trata de minimizar, sobre todo, porque la información sobre estos acontecimientos llegan a conocerse a destiempo, es decir, cuando tiene días de haber sucedido.

La región de la Tierra Caliente es un claro ejemplo de que por más que diga el gobernador que se hacen operativos para mitigar la delincuencia galopante en esa zona, no pueden contenerla ni mucho menos enfrentarla.

Desplazados de la región de Filo de Caballo, donde grupos delincuenciales hacen y deshacen y los mismo en Chilapa de Alvarez, donde según Héctor Antonio Astudillo Flores se atiende el tema de la inseguridad a través de las diferentes dependencias, pero solo, “de jueves a domingo”, como si los demás días, no merecieran el mismo trato

También hay desplazados en la región de la Costa Grande, donde grupos de policías comunitarios, tienen el control de comunidades, donde se ha estado denunciando el control de accesos a ciertos lugares.

Pero para el gobernador y para su secretario de gobierno, Florencio Salazar Adame, solo hay 1, 500 desplazados en la entidad, según el dato oficial y justifican,  que los demás no pueden ser contabilizados, porque no le “informan a la autoridad y dejan sus casas de la noche a la mañana”.

Abríase visto tal desfachatez, a poco no funcionan sus “oficiales de gobernación” o al igual que los homicidios, las cifras se manejan, de acuerdo al panorama político en el que caminamos.

¿A poco para el gobernador, esto no es inseguridad?

Feminicidios

En Guerrero el gobernador ha estado muy activo pidiendo que se investigue los últimos feminicidios que han ocurrido en la entidad, uno en Coyuca de Benítez, otro en Acapulco y uno más en Chilpancingo, más los que se acumulen al cierre de la edición.

Pero basta recordar que el tema del femincidio en el gobierno de Héctor Antonio Astudillo Flores, pasó a segundo término, es decir, que tuvieron que ser los propios grupos de mujeres quienes obligaran al gobernador decretar alerta de género en varios municipios de la entidad

En junio de 2017 el gobierno de Guerrero declaró alerta de género para ocho municipios del estado, como Acapulco, Ayutla, Chilpancingo, Coyuca de Catalán, Iguala, José Azueta, Ometepec y Tlapa, pero esto un año después que se insistió en el tema, es decir, que desde el 2016 la Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres la solicitara.

¿A poco, eso no es inseguridad para el gobernador?

Tal cual

El gobernador Héctor Antonio Astudillo Flores nos ha enseñado que no existe una estrategia de seguridad real para pacificar el estado, o cuando menos, tener la gobernabilidad del mismo, más allá de sentarse todos los días para escuchar, en algunos casos, que van bien las cosas y que hay menos muertos que hace un año, hace dos o hasta hace diez, depende de cómo se acomode mejor el dato.

Porque los desplazados, los grupos que tienen el control en ciertas comunidades de la región de Chilapa, Tierra Caliente, Costa Grande, las muertes de mujeres en diferentes partes del estado, no los toma en cuenta como temas de inseguridad real.

Pues entonces ¿de qué estado estamos hablando?

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