Erradicar la violencia mediante una cultura de paz y perdón, proponen

* Comunicadoras participan en taller en el cual cuestionan la ética y las políticas editoriales de empresas periodísticas. * Al Estado le convino naturalizar la violencia para evadir su responsabilidad: Patricia Rumbo * Ila Kuri Hernández: cada medio debería tener su propia regulación sobre el tratamiento de la información en temas de violencia

Más de 20 comunicadoras, entre éstas reporteras, corresponsales, cronistas, fotógrafas y escritoras, que se desempeñan en diarios impresos y digitales, radio, televisión y redes sociales en Guerrero, se comprometieron esta semana a ejercer un periodismo que contribuya a la construcción de la paz en el estado de Guerrero.

Durante una reunión acordaron desarrollar sus actividades profesionales dentro de una configuración de la no violencia, por lo que iniciaron una serie de talleres encaminados a coadyuvar en la búsqueda de la paz en Acapulco.

Durante la discusión del tema cuestionaron la ética y las políticas editoriales de las empresas periodísticas.

Una de las reporteras, Patricia Rumbo, del periódico La Jornada Guerrero, consideró que en la actual situación de inseguridad que se vive «al Estado le convino naturalizar la violencia para evadir su responsabilidad en las últimas tres décadas de un sistema económico neoliberal”, sin embargo reconoció que no sólo es culpa del gobierno pues, “existe, sí, una apatía privada y pública; son dos responsabilidades».

Ahí mismo, Onira Robles Girón, reportera de MVS Noticias, consideró que, al entregar información sobre eventos violentos se deben respetar los derechos humanos de las víctimas y los familiares de las víctimas, los presuntos victimarios y los familiares de los presuntos victimarios, con vida y sin vida.

Por su parte, la periodista, académica y escritora, Ila Kuri Hernández, señaló que cada medio debería tener su propia regulación sobre el tratamiento de la información en temas de violencia, porque normalmente queda al libre albedrío la manera en que se manejan y exponen al público, lo cual implicaría políticas de sensibilización y capacitación para el capital humano.

El grupo de féminas comunicadoras concluyó en que es un deber de las empresas periodísticas ofrecer atención psicológica a quienes cubren las fuentes de violencia.

Las ponentes criticaron las campañas comerciales y promocionales en las que se implican frases que obligan a hablar bien de una zona, pase lo que pase, y profundizó en traer la realidad escrita y visual desde una línea que deconstruya (destruir y volver a construir), las formas de relaciones violentas y las vuelva a estructurar en un carácter pacífico; “necesitamos desaprender la violencia y aprender la paz”.

Se visibilizó que las violencias escandalosas, que son las agresiones, guerras y enfrentamientos, se sostienen de las violencias estructurales y culturales, las cuales deben eliminarse para alcanzar la paz.

VIOLENCIA Y PAZ

Durante el taller “Las mujeres periodistas como factor para la construcción de paz”, las mujeres abordaron por más de tres horas los conceptos de paz y violencia, tipos de violencias, paz positiva y paz negativa.

Por su parte, Tomás Perulero Muñoz, especialista en procesos comunitarios de construcción de paz, expuso que es prioritario reconocer que en Guerrero, como en muchas partes de México, se vive una crisis humanitaria generada por el fenómeno de inseguridad que vulnera los derechos humanos de la población desde hace más de una década, lo que ha confluido en factores sociales, económicos y políticos, que crearon una cultura de violencia.

Sostuvo que para erradicarla se necesita promover una cultura de paz y perdón, tarea que requiere la participación de todos, entre estos “los comunicadores, niños, niñas, jóvenes, familias, instituciones educativas, religiosas, empresariales y gubernamentales”.

Perulero Muñoz consideró que la falta de acción social ante los problemas privados y públicos cobra una factura colectiva que es “una espiral de violencia que pareciera que nos tiene derrotados, sin capacidad de asombro ante los hechos criminales y la corrupción, además del costo económico”.

La iniciativa de alianza por la paz fue impulsada por la reportera del diario digital La Plaza Diario, Verónica Castrejón Román, y el proyecto es coordinado por la maestra Blanca Villalba de Uruñuela, representante de la organización Calpulli Cultural Mogote, para establecer una agenda que proponga favorecer un proceso participativo y colaborativo de reflexión sobre el rol que las mujeres han asumido dentro del periodismo y la comunicación, en la construcción de espacios informativos de pacificación, reconciliación y no simulación.

El curso otorgó a las participantes las primeras herramientas para la construcción de una cultura de paz desde la posición que ocupan como mujeres y profesionistas. 

La tecnología permitió que se tuviera la presencia de la politóloga, documentalista e investigadora, Adriana Casasola Rojas; además de la guionista y curadora, Mariana Stavenhagen; la historiadora y productora audiovisual, Saudhi Batalla, y la literata guerrerense, María de los Ángeles Manzano Añorve, mediante la transmisión de un video en el que las cuatro mujeres pronunciaron palabras de impulso al proyecto.

“El buen funcionamiento del gobierno, distribución equitativa de recursos, promover el libre flujo de información, entorno empresarial sólido, alto nivel de capital humano, aceptación de los derechos de los demás, bajos niveles de corrupción y buenas relaciones con los vecinos”, fueron parte de la propuesta de las mujeres al iniciar esta nueva misión de alcanzar la paz mediante el instrumento de la comunicación.

La institución anfitriona del curso, la Universidad Noyola del Pacífico, que está por abrir el Centro de Construcción de Paz, entregó a las féminas las primeras constancias como constructoras de paz desde el periodismo.

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