Semestre negro de inseguridad en Guerrero: Salvador Rangel

* Afirma el obispo que en Chilpancingo hay tres filtros de seguridad implementados por la policía municipal, la policía del estado y el Ejército, “pero todo mundo se les cuela”.

Mochitlán, Gro..- El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, aseveró que en este 2019 se ha vivido un primer semestre «negro» en materia de inseguridad y particularmente por los altos índices de asesinatos en el país y en Guerrero, por lo que espera que las autoridades de los tres niveles de gobierno asuman su responsabilidad en el combate a este flagelo.

Rangel Mendoza encabezó .una misa en la iglesia a la señora Santa Ana, patrona de esta localidad.

Al finalizar su homilía el obispo de esta Diócesis católica que comprende municipios de la zona Centro del estado, dijo que la violencia en el primer semestre, en Guerrero y en el país, se ha convertido en un severo problema para las autoridades, «este primer semestre fue el de más inseguridad».

«Los seis primeros meses de este año fueron negros para Guerrero y para México, ahora esperamos que las autoridades de los tres niveles y la ciudadanía pongamos todo lo que está de nuestra parte para que mejore esta lamentable situación», aseveró.

El obispo señaló que se tiene la esperanza de que con la entrada en operaciones de la Guardia Nacional (GN) haya mejores resultados en el tema de la seguridad: Dios quiera que haga una buena labor, pero considero que debe haber una mayor estrategia en inteligencia».

Y consideró que en los primeros meses del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador «las autoridades han aflojado un poquito, se han afianzado las bandas delincuenciales, ha habido más asesinatos, pero Dios quiera que las cosas lleguen a un buen punto».

Lamentó que en esta semana se hayan disparado los hechos de violencia en Chilpancingo, con el secuestro y asesinato de un comerciante; la muerte a tiros de una señora y una niña en la colonia CNOP: «es difícil la situación, se tienen detectadas las bandas delincuenciales y acá la pregunta es ¿por qué las autoridades no actúan?, pienso que hay mucha complacencia y mucha tolerancia en ese sentido».

El obispo dijo tener conocimiento que en Chilpancingo se cuenta con tres cinturones de seguridad: el primero en el centro de la ciudad a cargo de la policía municipal; el segundo es en la parte intermedia de la ciudad a cargo de la policía estatal y el último círculo en la periferia con el Ejército: «son tres filtros de seguridad, pero todo mundo se les cuela, creo que necesitan obrar con más dureza, ya en serio contra esas personas».

Afirmó que los mexicanos esperan un clima de paz, de concordia, de diálogo: «ojalá que las cosas vayan mejor, aunque el panorama no lo vea tan promisorio, pongamos lo que está de nuestra parte para poder vivir en paz». (IRZA)

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