A través del arte y la cultura rescatan la colonia Bonfil

 

Luego de rescatar el Kiosco y la Comisaría de la colonia Bonfil, ubicada en la zona Diamante de Acapulco, niños y padres de familia inauguraron talleres relacionados al fomento a la lectura y escritura, además de artes visuales y danza folclórica.

Bajo el lema de “Hagamos Barrio”, más de 150 niños y adultos se integraron a estos trabajos encabezados por la Secretaría de Cultural federal, que buscan ofrecer acceso a los derechos culturales en beneficio de personas en condiciones de vulnerabilidad social y contextos de violencia.

El comisariado ejidal del poblado, Víctor Manuel Pérez González, explicó que “el propósito es que la gente se una y que saquemos adelante a la Bonfil a través de la música, el muralismo y la poesía; tratamos de cambiar todo lo malo que ha estado pasando, por lo bueno; la comisaría estaba cerrada y llena de basura, y ya se habilitó”.

La estrategia opera a través de la creación de laboratorios multidisciplinarios culturales o Nodos de Paz, ubicados en espacios públicos recuperados, para captar así el interés de niños y jóvenes antes de que el crimen organizado lo haga.

En estos lugares recuperados se brindan, entre otras cosas, clases matutinas y vespertinas gratuitas que, en este caso, serán impartidas por siete maestros, artistas y creadores, y serán al aire libre y en salones.

En entrevista, el artista plástico guerrerense y responsable del taller de muralismo, David de León, explicó que el proyecto de la Bonfil “es un caso especial porque el área está clasificada como Diamante, pero nunca han llegado los talleres acá; aquí se recuperó un espacio muerto con arte, y vendrán alumnos de otras comunidades cercanas a desarrollar sus ideas; al final plasmaremos murales que resultarán del imaginario colectivo, de la verdad de la vida en la localidad.”

Detalló que se trata del reconocimiento y fortalecimiento de las culturas locales a través de jornadas de trabajo para detectar las problemáticas sociales y necesidades culturales, generar espacios de posibilidad, encuentro e intercambio, así como un mecanismo para mapear y realizar un diagnóstico de la infraestructura así como de agentes individuales y colectivos.

Los promotores del proyecto Bonfil Playa mágica expusieron que desde hace dos años buscaron conformar una casa de cultura y que ahora, por la intervención de la Federación, pudo colocarse en la planta alta de la Comisaría inmueble que permaneció 15 años abandonado.

El activista social, Rogelio Sebastián Monroy, dijo por su parte que esta nueva generación de niños de la Bonfil hará la diferencia en la sociedad, porque se están formando entre pintores, pacifistas y defensores del medio ambiente.

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