Ayuntamiento y Biblioteca serán echados del Parque Papagayo

* No aparecen en el proyecto inicial de remodelación que comienza en enero de 2020 * Temen acapulqueños de que este pulmón sea convertido en un centro comercial * Familias pobres ya no tendrían acceso ante una eventual privatización, dicen

La biblioteca Rosendo Pintos Lacunza y el Ayuntamiento de Acapulco, que alberga los poderes municipales (Cabildo y Presidencia), no están contemplados  en el proyecto de remodelación del Parque Ignacio Manuel Altamirano, mejor conocido como Parque Papagayo, por lo que tendrán que cambiar de sede a partir de enero de 2020, fecha en será cerrado al público este lugar que fue inaugurado en 1981.

De acuerdo a un croquis filtrado, presuntamente bosquejo previo a la maqueta definitiva –que no ha sido mostrado al público-, el nuevo parque abarcará incluso la zona de la Costera, ya que en esa parte se pretende edificar una plataforma en la que habrá tiendas y restaurantes tanto arriba como abajo, así como estructuras de sombra traslúcida y tragaluces para la vialidad.

El proyecto, que costará unos 300 millones de pesos y ha sido criticado por organizaciones, concesionarios del mismo parque y público en general, incluye la construcción de un auditorio que albergará salas multimedia y exposiciones audiovisuales; también dos secciones en donde se ofrecerán los servicios de sanitarios, lockers y renta de bicicletas.

El resto de la maqueta muestra el proyecto de un planetario, un jardín botánico, zoológico, lago, acuario y, por supuesto, el edificio administrativo. No se contempla la biblioteca ni el Ayuntamiento.

Durante ocho meses, comenzando a mediados del mes de enero, sería cerrado este emblemático lugar que ha sido una de las pocas diversiones a las que tienen acceso las familias acapulqueñas debido a que, hasta ahorita, ha sido gratis la entrada a la mayor parte de sus zonas.

La incógnita para ciudadanos que se han manifestado es que podría reabrirse como un centro comercial o de diversión a donde sólo se pueda acceder pagando alguna cantidad lejos del alcance de las familias pobres.

En 1992 este lugar pretendió privatizarse, acción que no se concretó porque cientos de acapulqueños lo defendieron como patrimonio propio que es.

Sin embargo, “silenciosamente se fue privatizando a través de concesiones que crecieron desmesuradamente, llegando a la actualidad a 102 concesiones, desvirtuando con ello la esencia misma del Parque”, escribió el ex candidato a la alcaldía porteña Ramiro Solorio Almazán en Facebook.

¿QUITARÁN LAS ÁREAS VERDES?

Entre la población nuevamente hay preocupación respecto a qué pasará con las áreas verdes (se especula que se derribarán cientos de árboles) y los animales; en un escrito que circula en las redes han manifestado que aún recuerdan cómo fue destruido el Zócalo luego de que la iniciativa privada invirtió en una supuesta remodelación que lo dejó peor.

«Todo por la ambición de políticos y funcionarios sin escrúpulos ya que con esa obras se embolsaron millones de pesos y sólo destruyeron un kiosco que por lo menos le daba vista de provincia al Zócalo. Ahora no tenemos nada, sólo piso con lozeta de muy mala calidad», se lee en un volante distribuido físicamente y en redes sociales.

«Como acapulqueños que somos, el parque nos pertenece y por lo tanto merecemos que se informe del proyecto general a la población», agregan.

TEMOR ENTRE CONCESIONARIOS

Por otra parte, concesionarios han manifestado su preocupación debido a que los están presionando para abandonar el lugar de donde obtienen el sustento para sus familias, pero ignoran en qué condiciones volverán o si se les permitirá volver, pues no han recibido información oficial al respecto.

Temen que lleguen grandes empresas a sustituirlos y con ello se termine con tradiciones como la del elote preparado, la nieve artesanal o el plátano con crema y las aguas frescas caseras, con lo que quedarían en la calle, sin empleo.

La preocupación, dicen, es porque supuestamente empresarios como Carlos Slim (algunos dicen que también el gobernador, Héctor Astudillo)  invertirán en esto que pretenderían convertir en zona privada para beneficio de los turistas y en perjuicio de la población local, sobre todo de la gente con menos recursos económicos.

Defensores de animales se han manifestado también y han cuestionado, por ejemplo, qué pasará con los cientos de gatos que ahí viven, ya que al ser una especie no protegida estarán en peligro de ser echados a la calle en donde serían maltratados y sacrificados tarde o temprano.

Ante la falta de información oficial sobre cuál es el proyecto real del parque, “urge que se instituya una Contraloría Ciudadana que esté supervisando lo que se va a realizar”, propuso Solorio Almazán, para que “una vez que se haya difundido el proyecto y cerrado el parque, se permita periódicamente el acceso a todas las personas interesadas, para que supervisen los avances y sobre todo se vigile y garantice que no será tumbado ningún árbol”.

“Mantener el Parque Papagayo le cuesta anualmente al pueblo de Guerrero 27 millones de pesos (es lo que se le etiqueta en el presupuesto de egresos), se necesita que haya TRANSPARENCIA en el manejo de esos recursos, y en la aplicación de los 300 millones de pesos que se han anunciado; se necesita que efectivamente se entregue un mejor Parque, un Parque que todos puedan disfrutar, un Parque que no esté privatizado, un Parque Papagayo Público, abierto a todas las familias”, remató Solorio.

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