De la libre expresión al arrebate de carteras y convenios

“Allá afuera nos andamos descalificando porque pertenecemos a distintos grupos, o porque creemos que el otro no merece ser llamado periodista, y hacemos lo imposible por quitarle la etiqueta de la cual nos creemos dueños”.
El pasado 7 de junio, en que se conmemora el Día de la Libertad de Expresión, manifesté lo anterior durante el foro efectuado en las instalaciones de la Universidad Americana de Acapulco (UAA), postura en la que no estuvo de acuerdo un par de compañeros que así me lo hicieron saber. Opinión respetable.
Sin embargo, tres días después, el día 10, en que la presidenta municipal, Adela Román Ocampo, se reunió con los comunicadores y entregó reconocimientos a quienes fueron propuestos por las organizaciones porteñas, otro reportero me dio la razón respecto a mis señalamientos.
En su discurso, Pedro Elías Radilla González, del periódico El Sol de Acapulco e integrante de la Federación de Periodistas de Acapulco, pintó su raya de quienes, dijo, sólo se han refugiado en el periodismo sin ser periodistas y que, por lo tanto, usurpan la profesión.
Hasta aquí todo parecía ir muy bien, pues coincido con la postura: así como hay abogados o médicos falsos, debe haber periodistas falsos, y está bien que se denuncie; sin embargo, la apreciación se descoyuntó cuando al colega le gana el ego al asegurar que “la verdadera fuerza del periodismo” está en su agrupación periodística.
O sea que las demás agrupaciones presentes no representaban, según su visión, fuerza alguna del periodismo.
De hecho, Radilla González pidió a las autoridades un trato especial, privilegiado, para su grupo, al advertir que “no aceptamos ser medidos con la misma vara”. ¿Pedía respeto en materia de libre expresión o eran peticiones que tienen que ver con recursos económicos?
Parece que se refería a lo segundo, pues en una parte del discurso expresa: “Señora alcaldesa, amigos regidores, síndicos, con mucho respeto les digo que no se equivoquen”. ¿Por qué la advertencia?, ¿les reprochaba que algo estaban haciendo mal? Parece que sí, pues enseguida se refiere a que los “usurpadores” existen “porque hay quienes les siguen dando dinero; quienes, (sic) con tal de quitárselos de encima, les ofrecen convenios publicitarios muy bajos, pero que los mantienen y, sin embargo, dejan fuera a los verdaderos periodistas”.
Y si criticó en ese discurso a quienes, de acuerdo a sus palabras, “arrebatan las carteras como viles ladrones a los funcionarios, empresarios y demás personajes de la política”, ¿entonces sí se vale arrebatar convenios publicitarios?, ¿o cuál es el fondo real de sus palabras?
Los anteriores señalamientos provocaron reacciones entre periodistas quienes, más tarde, en las redes sociales le reprocharon que “para tener la lengua larga habría que tener la cola corta”, palabras más, palabras menos y, en este sentido, hubo quien le acusó de ser “aviador” en dos o tres dependencias, aunque tampoco precisaron en cuales, pero que soltaron la especie para restarle calidad moral a sus auto proclamas de ser de los pocos comunicadores que buscan realmente “informar a la ciudadanía con mayor veracidad, imparcialidad y profesionalismo”.
Si el compañero es un ejemplo en el periodismo, no lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que estas actitudes lo que realmente provocan son divisiones, cuando lo que el periodismo requiere hoy es de unidad, unidad verdadera, no simulación.
“Exigimos una nueva relación con el gobierno, que nos trate de maravilla, que coadyuve para que nos vaya bien a todos, pero entre nosotros nos estamos metiendo zancadillas, y allá afuera vamos a procurar que el beneficio, si es que se obtuviera, nos llegue de manera individual, ¿de qué se trata, pues?”, habría dicho un servidor en el foro del 7 de junio, y el día 10 cobró actualidad, y razón de ser.
Incluso, el reportero de El Sol de Acapulco hizo un llamado “a los verdaderos periodistas a unirnos, a defender nuestra profesión que tanto nos ha costado”, en lo que todos deberíamos estar de acuerdo si fuera sincera la petición y no estuviera pidiendo privilegios para su grupo cuando dice, “hay (sic) quienes hemos invertido mucho tiempo, dinero y esfuerzo para estudiar una licenciatura, una maestría y hasta un doctorado, para estar más preparados”, como si sólo estudiando periodismo se pudiera llegar a ser buen periodista.
Definitivamente estudiar una carrera es algo a lo que todos deberíamos aspirar, aunque no siempre sucede así; entre quienes así lo desean no todos lo logran, por las razones que sean; pero el estudio debe servir al hombre para ser más humilde, porque en ese camino del aprendizaje cada día nos damos cuenta que hay mucho más que aún no sabemos y por lo tanto no hemos llegado a ninguna cima desde donde ver a los demás hacia abajo.
Tener un documento no debe servir para ningunear a quienes no estudiaron, como si valieran menos, porque siempre habrá la posibilidad de ver hacia arriba y encontrar a otros de quienes esperaríamos, mínimo, respeto.
Casos de grandes periodistas empíricos hay muchos en Acapulco y en Guerrero… y en el mundo.
El periodismo y los periodistas tenemos demasiados problemas. ¿Y por qué no los solucionamos? Porque para eso se necesita que estemos unidos, y no lo estamos.
En el multicitado foro del día 7 expresé que quienes estábamos en el recinto podíamos “gritonear y señalar a un mal gobierno, decir que es insensible con la prensa, pero saliendo de aquí cada quien va a jalar agua para su molino, como siempre, cada quien por su lado sin importarle la suerte de los demás”; hubiera querido equivocarme, pero por desgracia tenía razón.
Y no, no logramos nada que destacar de ese evento aparte de habernos reunido, ¿por qué?, porque en el fondo no buscamos lo mismo; no es porque tengamos distintas ideologías, sino porque tenemos más discrepancias que convergencias.
Y vuelvo a hacer la pregunta: ¿Cuándo nos atreveremos a inaugurar una nueva era de la relación entre comunicadores?
Y repito, sin temor a equivocarme, que si los periodistas estuviéramos realmente unidos seríamos no sólo fuertes, sino incluso invencibles. De eso no quepa duda.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *