Vivas o no, plenamente, algún día te irás: Odin Dupeyron

* La vida hay que disfrutarla como viene, dijo el conferencista *¿Qué tan bien te la pasaste?, ¿cuánto te reíste?, ¿cuánto disfrutaste?, pregunta.

Definitivamente, la vida es como una Montaña Rusa, no importa qué tan alto subas, no importa qué tan bajo caigas, las vueltas que dé; lo más importante es que algún día nos vamos a bajar de ese carrito al cual ya no hay regreso, y por eso es muy importante que cuando vayamos arriba no cerremos ni los ojos, ni las manos.

Así reflexionó Odin Dupeyron al presentar su conferencia “Esto sé. De sobrevivir… a vivir”, charla a manera de comedia, en donde comparte su experiencia de vida incluyendo sus buenos y malos momentos, sus triunfos y fracasos.

Odin Dupeyron, quien ha incursionado en teatro, arte útil y literatura, es impulsor de la premisa de que se debe disfrutar la vida como viene, porque al final de cuentas es lo único que se tiene. “La vida se vive, porque se vive”, dice en su perfil de Facebook que está a punto de llegar a un millón de seguidores.

Ante un auditorio repleto en el Hotel Princess de la zona Diamante de Acapulco, el conferencista se presentó ante socias del Comité de Damas de la industria minera.

A este sector, en especial, les dijo que al final de sus días, “a la edad que lleguen, con hijos, sin hijos, con amor, sin amor, casadas, divorciadas, con trabajo, sin trabajo… la pregunta será: ¿qué tan bien te la pasaste?, ¿cuánto te reíste?, ¿cuánto disfrutaste?, cuánto le entraste a los putazos y te demostraste quien eras y de qué estabas hecha?, ¿qué tanto hiciste por ti y por los demás?, ¿hice bien a mi familia?, ¿ayudé a mi comunidad?”

Se trata, dijo, de ver al final de sus vidas qué tanto aprovecharon en cada oportunidad de ser feliz.

“Pasan los años, cada día tienes más edad, tienes muchas oportunidad para salir, y correr y viajar, y comer delicioso, salir a nadar, tomar el sol, escalar, reír; tienes mucho tiempo para divertirte, para amar y para que te amen; para disfrutar la vida, disfrutarla de verdad, con lo bueno y con lo malo, y no quiero pensar que al bajarte de este carrito de la Montaña Rusa te digas: ¿y si hubiera abierto los ojos?, ¿si hubiera soltado las manos?

El viaje se va a acabar, reiteró en el parangón de la Montaña Rusa al concluir, “y está en nuestras manos hacer de la vida la más chingona de las aventuras, con lo que tenemos; hagan de su vida la más chingona de las aventuras”.

Odin Dupeyron estuvo acompañado de dos actores que le ayudaron a contar su historia, él, primero funge como narrador en medio de una princesa y un dragón; de pronto interrumpe la historia para iniciar lo que también es conocido como la “anti conferencia”, por la forma de abordar el tema sobre la vida y la búsqueda de la felicidad.

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