Melancolía y júbilo, permearon primera gira del Presidente de México, con su sucesora Claudia Sheinbaum, en Manzanillo, Colima

*Mi ciclo cierro ya, me llevo el amor de muchos mexicanos y extraordinarias experiencias –señaló el mandatario

*Ningún presidente había logrado reducir la pobreza y la desigualdad, en la historia moderna

*Y, que la reivindicación de su política social, se resume en el principio de que “por el bien de todos, primero los pobres”

José Manuel Reyes Camero

Una gira que se da entre la nostalgia y el júbilo, entre la melancolía del final de un ciclo –que inminente se avizora– y las ansias por la llegada, del primer gobierno de una mandataria federal.

La entrega a Claudia Sheinbaum Pardo, de la constancia de Presidenta de México electa, ocurrida en jueves 15 de agosto del 2024, en el ánimo popular precipitó la certeza, de que el adiós de la administración de Andrés Manuel López Obrador, muy cerca está.

En la masa congregada al día siguiente en Manzanillo, Colima –el puerto más grande de México–, la sola presentación como presidenta electa, el entusiasmo hizo estallar. El estribillo del movimiento, adoptado ya por el emergente liderazgo de Sheinbaum, surgió entre la concurrencia. “¡Es un honor, estar con Claudia hoy!”, coreado con tal intensidad, que a López Obrador contagió.

Era la primera gira conjunta del Presidente y la Presidenta electa y, en esta transición, afectos reparten los asistentes, pues para el histórico líder del movimiento, los gritos se desbordan también.

Su respeto y agradecimiento, ante el titular del Ejecutivo proclamó Sheinbaum, como en la víspera lo hiciera, en el acto en el que con la élite política morenista celebró: Claro que en la historia de México, muchos mandatarios que honramos hay, pero creo que no hay nadie que salga de la Presidencia, con el amor y la popularidad, que Andrés Manuel López Obrador tiene. Por eso, ya ven que nuestros adversarios quieren que distancia tomemos, que digamos que hay diferencias. Yo digo y voy a decir siempre con orgullo: Ha sido, es y será un honor, estar con Obrador –remató la mandataria electa. Una ovación nueva rubricó la frase, entre quienes asistieron a la inauguración del acueducto Armería-Manzanillo.

Un toque de nostalgia al evento, confirió la participación de la Gobernadora Indira Vizcaíno, pues una despedida pública al Presidente, prácticamente fue su discurso:

El ciclo que estamos cerrando es un momento de nostalgia, una tristeza originada por el recuerdo de una dicha perdida: ¿hay o habrá en realidad una dicha perdida? Sí, la del camino recorrido, en el momento de un fundamental cambio democrático, para el pueblo de México. Incluye también –añadió Vizcaíno– haber compartido escenario y camino político con un fuerte liderazgo, con rumbo y claras convicciones, con profundo amor por el pueblo, especialmente con las personas que durante décadas –incluso siglos–, fueron ignoradas, invisibilizadas, humilladas y hasta utilizadas.

Por su parte, en su intervención, el tono de despedida de quienes lo antecedieron, a un lado hizo López Obrador: Muy contentos estamos, la banda presidencial ya podría entregar en un mes y días, tenemos que esperar, pero muy contento me voy. Mi ciclo cierro ya, porque son bastantes años de lucha. Tengo muchas cosas que me llevo: el amor de muchos mexicanos y extraordinarias experiencias. Y añadió: Me llevo un récord, reducir la pobreza y la desigualdad, nadie, ningún presidente, había logrado en la historia moderna.

Fue, en síntesis, la reivindicación de su política social, la cual tiene garantías de continuidad, como una vez más lo ofreció Sheinbaum, al reiterar el principio de que “por el bien de todos, primero los pobres”. Un principio que, una visión humanista de la política no sólo resume, sino que además, puesto en práctica da resultados y una creciente economía tenemos, que para todos y para todas da –finalizó el mandatario. (Con información nacional)