Coyunturas políticas: El complot gringo

* Mario Moreno sigue culpando a Añorve

Rafael Solano

El presidente de la república que insiste en dar todos los días consejos y regaños; es decir, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que las acusaciones que hay en contra del Ejército como responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala en septiembre del 2014 es un intento de “socavar a una institución que es importante para el Estado Mexicano”. Acusó de esa intención malsana al gobierno de Estados Unidos, aunque no mencionó al gobierno, solo al país. Hay complot como en 2006, cuando un tribunal ordenó su desafuero por no respetar un amparo, aunque él dijo que violó la ley de buena fe y en beneficio ciudadano. Así lo calificó (o descalificó) a la sanción establecida en la normatividad correspondiente y ante su postura de mártir que llevan sin motivo al matadero, la sanción nunca se aplicó.

El Ejecutivo federal insiste en descalificar todo aquello que es contrario a lo que hace o dice; en diversas ocasiones ha exaltado la labor de las fuerzas armadas y hasta amonestado a alguno de sus aliados, sobrevivientes del 68, 71 o alguna incursión guerrillera, quienes han pedido sanciones contra militares a los que acusan de reprimir, en un pasado reciente, a los movimientos sociales y de las 500 desapariciones habidas durante el periodo de combate a los grupos insurrectos.

El viernes 19 en la conferencia matutina en Palacio Nacional, el presidente aseveró que desde el extranjero y desde instituciones de Estados Unidos se intenta “socavar la imagen, dañar el prestigio del presidente de México; no es Andrés Manuel, no es AMLO, es la investidura presidencial y al presidente de México se le debe de respetar”.

Aludió al caso Ayotzinapa y “cómo me metí a indagar personalmente, cómo estaba, a desenmarañar todo”. Entre sus hallazgos, mencionó el libro que publicó Anabel Hernández “La noche de Iguala” donde la periodista “sostiene que la desaparición de los normalistas tiene que ver con que se traficaba droga de Iguala a Estados Unidos en camiones que salían de Iguala”, según un informante.

Ese informante de Anabel Hernández dijo que “los muchachos al tomar uno de esos camiones se encuentran que tenía droga y entonces el capo mayor (de Guerreros Unidos) en ese entonces en Iguala, que la señora Anabel dice que ni siquiera ha sido tocado, nadie ha reparado en él, eso sostiene en el libro, ordena que le den un escarmiento a los jóvenes (…) según el informante de la señora Anabel y como este capo mayor tenía el control de los militares de Iguala, son los militares los que agarran a los muchachos y los llevan al Batallón y luego cuando se arma el escándalo. Cuando estalla el escándalo, el capo le dice a su informante de Anabel que se les había pasado la mano, que él no quería que fuera tanto el escarmiento”.

Anabel Hernández, agregó, fue testigo en un juicio para dar asilo en los Estados Unidos “y sostiene lo mismo para defender al juez de Barandilla de Iguala (José Ulises Bernabé) que estaba esa noche (del 26 de septiembre del 2014) al cual le dan asilo en los Estados Unidos, el Departamento de Justicia lo asilan porque él sostiene que los muchachos no estuvieron en la comandancia, cuando hay otros estudiantes que dicen que sí, que de ahí se los llevaron policías (municipales), pero este juez pide asilo, va de testigo la señora Anabel y autoridades del Departamento de Justicia le dan el asilo”.

La decisión de dar asilo fue, recalcó, porque sostienen las autoridades estadounidenses “que el operativo de desaparición de los jóvenes no pudo ser realizado por autoridades municipales, ni por policías municipales, ni por la banda que dominaba en ese entonces, sino que fue lo más creíble, factible: el gobierno federal con policías federales. Se avientan ese juicio a partir de las declaraciones de la señora Anabel y le dan el asilo”.

Casi para concluir, agregó que “todos queremos conocer la verdad, saber en dónde están. ¿Por qué (Anabel Hernández) no da a conocer la identidad de su informante?, ¿Por qué no ayuda en eso?, en el caso de Iguala. ¿Quién quiere socavar a una institución que es importante para el Estado Mexicano como es el Ejército?, ¿a quién le conviene?, y en mi caso, ¿a quien le conviene tener un presidente bajo sospecha, débil?” y respondió a la interrogante: “Esas intenciones vienen de Estados Unidos”.

El panorama es aterrador. Los gringos quieren socavar el gobierno de López Obrador que está agónico. A ver si no le declara la guerra (obvio, nuestro presidente al gobierno del vecino país).

PASANDO A UN TEMA DISTANTE, el excandidato a senador por el Movimiento Ciudadano, Mario Moreno Arcos, insistió en que hubo guerra sucia en su contra para que no ganara y volvió a culpar a Manuel Añorve Baños, candidato al Senado por el PRI que llegó en segundo lugar pero llegó. Enredes sociales, recordaron al expriísta que fue dos veces alcalde, dos veces funcionario estatal y también diputado local y diputado federal por parte del partido tricolor, que lo descalificó la autoridad electoral por pretender usurpar la candidatura de acción afirmativa del grupo afromexicano y por eso, lo eliminaron de la contienda.

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