En conflictiva elección, gana el  ultraderechista Milei, presidencia de Argentina

El presidente electo de Argentina, Javier Milei. Imagen ilustrativa. JM.

  • El analista Claudio Scaleta, cuestiona su desequilibrio emocional e ideología

Redacción

En domingo 19 de noviembre del 2023, Javier Milei, candidato del ultraderechista La Libertad Avanza (LLA), ganó en la segunda vuelta, la elección presidencial de Argentina, al imponerse con 55.7 por ciento de los votos a Sergio Massa, abanderado de la oficialista Unión por la Patria, quien 44.3 por ciento logró, con escrutinio de 99.3 por ciento.

Dentro de la ley todo, fuera de ley nada, proclamó en Buenos Aires –capital del país– ante miles de seguidores, el virtual presidente electo, al celebrar su victoria y se definió como el primer presidente liberal libertario de la humanidad.

Que para medias tintas no hay lugar añadió y, tras advertir que son drásticos los cambios que nuestro país necesita, predijo desequilibrio fiscal, hiperinflación (de 142.7 por ciento, es la inflación interanual) y problemas en el mercado de cambios.

Basta del modelo empobrecedor, de la casta (política); hoy, para ser potencia mundial, el modelo de la libertad volvemos a abrazar –vaticinó Milei.

A pesar de lo sombrío de la situación,  quiero decirles que futuro tiene Argentina, existe ese futuro, si liberal es ese futuro –añadió Milei–, quien en 10 de diciembre el cargo asumirá, para cerrar su discurso con gritos de “¡viva la libertad, carajo!”.

Y coreaban sus seguidores en las calles de esta capital: “¡La casta tiene miedo!”, “¡Argentina sin Cristina!” y “¡Cristina va a ir presa!” –en alusión a Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta y ex mandataria de Argentina, sometida a  causas judiciales diversas, en las cuales de su culpabilidad, una sola prueba no se ha aportado.

Una de las primeras fotos, que en sus redes sociales Milei publicó, fue con Marc Stanley, embajador de los Estados Unidos.

Hasta las últimas horas antes de los comicios, la posibilidad de un fraude seguía denunciando la LLA, pues un empate con Massa se suponía que habría, a pesar de que había demostrado la Cámara Nacional Electoral, que desde 1983 –cuando la democracia retornó-, de comicios fraudulentos nunca se había hablado.

Lo que la campaña del odio y el miedo se llamó, ganó con estos resultados y fue derrotada la esperanza, después de una vigilia larga de miles de argentinos, para los que un día antes de la elección, fue un dormir difícil, ante los peligros que amenazaban, a la larga transición democrática.

De los 35 millones 394 mil argentinos convocados a las urnas,  76.3 por ciento votaron en los  más importantes comicios de la historia reciente, debido a que por vez primera, en peligro estaba el sistema democrático, por el intento de restituir por la vía política, los planes económicos y represivos, de la pasada y cruenta dictadura militar (1976-1983).

Antes de que los resultados a conocer se dieran, reconoció Massa su derrota: me he comunicado con Milei para felicitarlo, porque es el presidente, que la gran mayoría eligió para los próximos cuatro años.

En la tarde, declaró La jueza María Servini, que en la segunda vuelta, con normalidad había transcurrido todo, aunque sostuvo que como funcionaria y como empleados, nos ha destruido esta elección; mucho trabajo nos dio, nunca tuve unos comicios de este tipo, con problemas, denuncias y cosas que no corresponden realmente.

Marcó esta campaña la violencia opositora, con el ingreso de un personaje a la política, desconocido totalmente en el ambiente político, como es Milei, quien surgía de entre las campañas del odio sembrado por una derecha, que nacional ni siquiera puede ser considerada, porque de fundaciones extranjeras, mayoritariamente depende.

Es Milei, lo que un invento de los medios de comunicación llaman aquí, que más de 90 por ciento de la información manipulada, dominan en este país.

A la cabeza, va el monopolio del Grupo Clarín, pero le siguen La Nación y otros, que el amplio espacio nacional ocupan.

Parecen haber ganado el espacio, las amenazas contra seguidores de la oficialista Unión por la Patria, además de la reivindicación de la cruel dictadura militar pasada y los presentados planes de gobierno de la LLA, que en un solo término se resumen: arrasar con todo, empezando por el Estado,  hasta acabar con la soberanía nacional.

Generó esperanzas, el hecho de que la fórmula encabezada por Massa, con siete puntos a favor ganó en la primera vuelta, ya que al peronismo se había logrado unificar.

Pero es necesario señalar también, que el candidato de la derechista Propuesta Republicana (PRO), el ex presidente de Argentina Mauricio Macri, actuando por fuera de la alianza Juntos por el Cambio, de manera oportunista decidió aliarse con Milei, con la idea de que los votos obtenidos por su coalición –que a Patricia Bullrich llevaba como candidata y en la primera vuelta quedó eliminada–,  hacia Milei irían.

Después del mediodía, Estela de Carlotto, de 93 años, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo,  señaló que votó por la democracia; el Estado presente; la vida en comunidad; la memoria, la verdad y la justicia; por los 30 mil (desaparecidos) y por el futuro.

Por su parte, el analista Claudio Scaleta, del portal “El Destape”, en domingo 19 había escrito, que importa la cordura de quien a presidir los destinos del país se postula, pero la ideología que guía las acciones, puede ser un elemento de destrucción más potente todavía, que el desequilibrio y la inestabilidad emocional –refiriéndose a Milei, el candidato al que le gustaba aparecer, con una motosierra en la campaña.

Aludió también, a que a diferencia de otras elecciones, el gobierno de una u otra fuerza política, no estará en juego solamente, sino los básicos consensos, de la democracia recuperada en 1983.

Quizás  la memoria colectiva, borrosa se vuelva por el paso del tiempo, por eso vale recordar, que perder la democracia, al menos 30 mil desaparecidos le costó al país, a los que sumarse debe, el más preciso número de los 649 soldados muertos en Malvinas, la gota que rebasó el vaso de la paciencia social, a la última dictadura iniciada en marzo de 1976.

Recordó que la dictadura que hoy se banaliza, además de muerte y dolor, trajo aparejada la destrucción del Estado de bienestar, junto con la multiplicación del endeudamiento externo, que desde entonces y a pesar de las cesaciones de pagos y restructuraciones sucesivas, condiciona el funcionamiento de la economía, además de transformar la estructura económica y de propiedad de las empresas.

En la década de los 90, se completó esto con la tríada del neoliberalismo: los procesos de apertura, desregulación y privatizaciones; secuencia que vía el endeudamiento, entrañó una profundización de la dependencia económica, con los capitales del exterior.

Por último, los organismos de derechos humanos, están recibiendo mensajes de solidaridad desde el exterior, por las amenazas graves del entorno de Milei, expresamente de Victoria Villarruel, vicepresidenta electa. (Con información internacional)

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