Coyunturas políticas: Muchos candidatos adelantados * Nadie considera a la Universidad de Innsbruck

En un evento convocado con el pretexto de gestionar un descuento permanente a los habitantes de la capital que usen la autopista por Ricardo Castillo Peña, diputado local de Morena, el exdirigente del Movimiento Ciudadano, Luis Walton Aburto, reiteró que está dispuesto a sacrificarse y ser candidato en 2021 por Morena, aunque eso sería decisión de los militantes, reconociendo además que botó la dirigencia del partido donde pasó más de una década y que lo llevó a la alcaldía acapulqueña en 2012 porque quiere ser candidato en el partido que detenta el poder federal.

Está en su derecho de aspirar al máximo cargo público de Guerrero el exalcalde y exdirigente del MC; el aparente problema es que el calendario electoral dista mucho de arrancar (¿o comenzar a ser arrancado?). A su favor, podría decir que en el pasado reciente se han dado decenas de casos y un claro ejemplo sería el del presidente de la república, que se pasó casi doce años en actos proselitistas hasta que obtuvo lo que buscaba.

Casos cercanos de campaña adelantada son los de la senadora morenista Nestora Salgado García, quien realizó su informe en Chilpancingo y no en su tierra, Olinalá, para después abrir una página en Facebook en donde invita a la

ciudadanía a comentar al respecto. Su homólogo, el exalcalde Félix Salgado Macedonio, hizo un informe similar y hasta donde puede, interviene en el Senado en defensa del presidente de la república. El superdelegado Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros quisiera figurar pero le revienten los problemas a su paso como si fueran minas.

Los perredistas Carlos Reyes Torres, exalcalde de La Unión y dos veces diputado local, desde hace un par de meses convoca asambleas regionales en donde se comporta como si ya fuera candidato porque pide sugerencias de gobierno a los asistentes. El exalcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, a mediados de la semana pasada acudió con los coordinadores de las distintas bancadas del Congreso federal a demandar más presupuesto para la entidad. ¿A nombre de quién? De las corrientes partidistas que ha conglomerado a su alrededor, seis de nueve, a las que quiere unificar para la contienda por la gubernatura.

Y aunque en el partido tricolor parecen respetar los tiempos, el secretario de Desarrollo Social, Mario Moreno Arcos, hace todo lo posible porque luzca el trabajo desempeñado; en tanto, el secretario estatal de Finanzas, Tulio Pérez Calvo, aparece con burócratas, colonos y empresarios atendiendo diversas demandas. Y aunque está lejos, en el Senado, Manuel Añorve Baños se deja ver continuamente en las principales ciudades de la entidad y comunica las gestiones hechas. En fin, el 2021 está lejano, para los prospectos a huéspedes de Casa Guerrero no tanto.

PASANDO A UN TEMA DISTANTE, a propósito del quinto aniversario de la masacre de normalistas de Ayotzinapa en Iguala, diversas versiones periodísticas se publicaron respecto a que, efectivamente, fueron desaparecidos (es decir, raptados y puestos a reclusión en alguna mazmorra) mediante una confabulación en donde participaron autoridades de los tres niveles de gobierno y maleantes. En tanto, sigue el revuelo que causó la revelación de Eliseo Villar, exjefe de la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de San Luis Acatlán, en el sentido de conocer el paradero, posiblemente de los cadáveres, de los 43 normalistas reclamados. Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Gobernación federal, diría al respecto que el excomunitario fue trasladado del penal de Chilpancingo a uno de tipo federal para que especifique lo que dice saber del caso.

Sin embargo, nadie parece tomar en consideración el hallazgo hecho por la Universidad de Innsbruck, quien el 17 de septiembre de 2015 entregó los segundos resultados de las pruebas genéticas realizados a huesos humanos encontrados en el río San Juan de Cocula. En diciembre de 2014 entregó los primeros resultados. Identificó los restos de Jhosivani Guerrero de la Cruz y antes fueron los de Alexander Mora Venancio. Se pidió colaboración a la universidad austriaca el 13 de noviembre de 2014, a casi dos meses de la masacre, porque tuvo importante participación para identificar a decenas de víctimas de la conocida como Guerra de los

Balcanes que a inicios de la década de 1990 azotó la parte central de Europa. También porque los familiares y líderes que los encabezan exigieron ayuda extranjera.

¿Por qué no toman en cuenta esas revelaciones aportadas por pruebas genéticas? Pareciera que si los dirigentes del movimiento aceptan que los normalistas fueron asesinados y no desaparecidos, quedan sin bandera de lucha política. Además, se escucharían mal gritando: “Nos faltan 41”.

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