Alfa-Omega de la violencia de Felipe Calderón

Al inicio de su sexenio cada presidente busca como desinflar la influencia política de su antecesor y absorber todo el poder en México para exhibir su omnipotencia, omnipresencia.

El ingeniero Jorge Díaz Serrano exdirector general de Petróleos Mexicanos del periodo de José López Portillo, fue el predestinado al sacrificio por Miguel de la Madrid Hurtado.

El fin del poder e influencia del líder sindical Joaquín Hernández “La Quina”, llegó a su fin por órdenes del presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, quien había asumido la presidencia bajo fuertes sospechas de fraude electoral y por tanto de ilegitimidad.

Ernesto Zedillo ordenó el arresto de Raúl Salinas de Gortari, Elba Esther fue detenida el presidente Peña Nieto, Vicente Fox, busco la manera de desaforar a AMLO.

La más espectacular de las acciones para legitimarse del fraude electoral fue la de Felipe Calderón, el fabrico una guerra para ganar la atención, autoridad poder que nunca logro.

Con Miguel Alemán Valdez, la relación entre los narcotraficantes y el partido en el poder se había solidificado. Atraves de la secretaria de Gobernación y La Policía Federal, el creo La Dirección Federal de Seguridad, y definió las regla del juego no violencia contra los funcionarios públicos, traficantes importantes y civiles; propicio que las investigaciones legales nunca alcanzaran a los altos rangos de los carteles.

La corrupción de los gobiernos, el crecimiento de la oposición, al extinguirse el poder del PRI da como resultado que el control sobre el tráfico de las drogas vaya en camino paralelo a la decadencia del gobierno mono partidista.

Con el PRI al perder el poder nulifico los acuerdos no escritos, requiriendo los capos de la droga negociar con el nuevo sistema político mientras los traficantes rivales intentaban nuevas oportunidades del mercado.

En los estados, municipios que perdía el PRI iniciaba la violencia provocada por el negocio de la droga primero apareció en gobierno de oposición. En Baja California cuando el PRI perdió la gubernatura en 1989. Siguió Chihuahua al triunfo del panista en 1992. Cuando el PRI recupero el poder, la violencia emigro a Ciudad Juárez que siguió gobernando el PAN.

El PRI pactaba en todos los tiempos con los narcotraficantes, los partidos de oposición no porque eran desbordados por los narcos para no pagar la cuota de derecho de traficar.

En este contexto la alternancia del 2000 a nivel federal abría criado las condiciones de emancipación del narcotráfico en México. Se instaló una lógica fincada en la amenaza y sobre la base que el estado tenía el poder suficiente para evitar que solo era posible si las cosas se mantenían estables. Esto es si el narco se mantenía siempre en el mismo nivel de poder, incapaz de desafiar la autoridad última del estado.

Al romperse el pacto establecido entre los narcotraficantes y funcionarios públicos, la democratización exacerbo sin proponérselo, la violencia vinculada a las drogas.

Los narcos observaron que ya no tenían que negociar con los gobiernos panistas, que ellos podían gobernar a México. Los funcionarios panistas en el gobierno carecían de elementos capaces de relacionar con los narcotraficantes para hacerlos volver a su estado de equilibrio dentro de un pacto de estar bajo el control del gobierno.

Vicente Fox, jamás se dio cuenta de la realidad de crecimiento, de reto de en todo el territorio de los carteles, de la diversificación de los delitos, ya no son las drogas, expanden sus actividades delincuenciales ante la ausencia de autoridad.

Así llega Felipe Calderón a la presidencia de México, los carteles en pleno dominio territorial, fortalecidos, el con la necesidad de heroicidad, de paladín se propuso salvar a los mexicanos de los carteles.

Con base al contenido de varios cables de Wikileaks difundido por la Jornada Feb 21 2011, nota de Blanche Petrich, el ascenso al poder de Felipe Calderón se significa por la intervención del factor Washington. La información pública acredita acercamientos entre él y el embajador de Estado Unidos en México desde principios del 2006. Calderón habría obtenido respaldo político a cambio de librar en territorio nacional una guerra que le interesa a Washington. http://www.fisica.unam.mx/octavio/.

El presupuesto en seguridad pública se cuadriplicó de 2006 a 2012 mantuvo la Secretaría de Seguridad Pública y después por la importancia que tuvo esa dependencia de gobierno para la Estrategia Nacional de Seguridad que creó Felipe Calderón en 2006 para combatir al crimen organizado, elevo el presupuesto de esa Secretaria de 10 mil millones de pesos que Fox destino a 40 mm de pesos, quintuplicó el número de policías federales en el último sexenio, pues pasaron de 6 mil 489 en 2006 a 36 mil 940 al finalizar 2012.

Sin embargo, entre enero de 2007 y septiembre de 2012 los homicidios dolosos aumentaron 35% respecto al sexenio anterior, según el cálculo que realizó la organización civil México Evalúa con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En este periodo tampoco mejoró la confianza en la institución ni la percepción de seguridad entre la gente, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2012 (ENVIPE), realizada por el Inegi.

Lanzó el Operativo Conjunto Michoacán. Ordenó el despliegue de 4 mil 200 elementos del Ejército, mil elementos de la Armada, mil 400 policías federales y 50 agentes del Ministerio Público.

La pretensión de Felipe Calderón era el crear un ambiente de miedo, de terror y de esta manera cancelar las elecciones estatales que bajo consenso de los grupos de poder elegir el próximo gobernador, nada le salió al bélico presidente, todos los presidentes municipales que detuvo por sospechosos de estar aliados al narco, uno a uno fueron adquiriendo su libertad por carecer de pruebas del delito.

El gobierno entrega un país con zonas absolutamente controladas por cárteles y grupos criminales, que además del narcotráfico operan los negocios de extorsión a empresas y comercios, tráfico de inmigrantes, robo de vehículos o robo de combustibles de Pemex, entre otros.

Varios casos prueban la complicidad de funcionarios locales y federales en la comisión de estos delitos.

La justicia está obligada a llamar a Felipe Calderón por iniciar una guerra irresponsable, no hay perdón ni olvido. Solo justicia. La presidencia de México se gana con los votos, no con las armas.

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