Lluvias arrasa endeble infraestructura en Guerrero

* Por más de 5 días, no hubo telefonía celular ni fija en la capital del estado

* Socava al río Huacapa en Chilpancingo y pone en riesgo construcciones asentadas a su paso

* De 22 caminos artesanales que estaba haciendo el gobierno federal en la Montaña y Costa Chica, según reportes preliminares, ninguno se salvó

Rafael Solano

El cielo bajó a la tierra. No lo hizo con coros celestiales sino con inmensos caudales. El agua evaporada en días y semanas del mar y lagos se transformaron en cascadas arrojas desde las nubes. Los daños, incuantificables porque el vital líquido no ha dejado de correr: el cauce del río Huacapa en la capital, a dos días de que cesara el embate de John, socava y pone en riesgo construcciones asentadas a su paso, aislando también a una docena de colonias.

Los daños son en varias regiones de la entidad. En la Tierra Caliente, el Balsas ya se desbordó y el pronóstico es que seguirá el temporal. En Acapulco, la exclusiva Zona Diamante está bajo el agua y en colonias populares; en la zona de la sierra, docena de comunidades incomunicadas; en La Montaña, varios decesos por derrumbes y desbordes.

Destacan entre los escombros los socavones en la ampliación de carretera que estaba haciendo el gobierno estatal en Costa Chica hasta los límites con el estado de Oaxaca y los caminos artesanas en la Montaña y Costa Chica. 22 estaban en proceso y según reportes preliminares, ninguno se salvó. La duda es si la destrucción de las vías se debió a la pésima calidad de las obras o por la enorme fuerza del huracán que se convertía en tormenta y viceversa.

El embate del fenómeno meteorológico dejó en evidencia, por otro lado, que la entidad tiene una infraestructura precaria. El encauzamiento del Huacapa es de hace 30 años y ya había tenido afectación por la presencia del huracán Ingrid y la tormenta Manuel en septiembre de 2013. Hace poco más de 11 años, tuvo varios socavones que se llevaron un par de inmuebles que albergaban establecimientos comerciarles nocturnos y una pared de la Trigésima Quinta Zona Militar.

Tras las reparaciones pertinentes y la indemnización a los propietarios de los inmuebles arrasados, el encauzamiento fue reparado y se dispuso de manera oficial el retiro de las viviendas que estuvieran a menos de 30 metros del cauce del río que se secó a fines de la década de 1970 y se llena con descargas pluviales.

Esta vez tuvo tres socavones que obligaron al cierre al tránsito vehicular; los erosiones a las paredes del encauzamiento comenzaron a darse en el transcurso de la mañana del sábado 28, tras el desfogue de la presa Cerrito Rico, cuya única utilidad es retener el vendaval que se forma con las lluvias prolongadas. Se construyó hace más de medio siglo, casi al mismo tiempo que la presa de Tixtla. Ambas evitan inundaciones.

En el vecino municipio, aunque la laguna tiene vertederos cuando rebasa el nivel, el exceso de lluvia (así lo comentó un ciudadano que se comunicó a un noticiario radiofónico) provocó la inundación de los dos barrios más cercanos; lo peor fue el colapso de la carretera conocida como Nuevo Libramiento, aunque por la vía federal tampoco se podía pasar en el punto del camino conocido como Cerro de Machohua porque parte del cerro cayó, llevando consigo piedras y tierra.

Lo peor es que la temporada de huracanes y tormentas tropicales en el Océano Pacífico termina hasta fines de noviembre. Faltan dos meses de riesgo; lo mejor es que como ha ocurrido en anteriores desgracias naturales, la solidaridad de empresas y corporativos se dejó sentir, de manera inversamente proporcional a la lenta y limitada respuesta de las distintas instancias de gobierno, municipal, estatal y federal para atender las afectaciones. Lo más acertado fue interrumpir clases.

Comunicación suspendida

En la capital, durante el cuarto día de lluvia hubo interrupción de la telefonía celular y fija, así como el servicio de internet que proporciona Telmex y Telcel. El desperfecto duró hasta la tarde del viernes 27; la compañía explicaría a través de un comunicado que se averió el cableado subterráneo que está en Mezcala, cerca de Iguala, pero se atendería a la brevedad. El daño también fue a la carretera y no hubo paso hacia Iguala.

Para el quinto día de lluvia y ya para concluir el embate de John, los muertos aumentaron a 15. Las imágenes de casas que caen como castillo de naipes, calles inundadas, casas con el nivel de agua introducida de dos y más metros, vehículos llevados por la corriente y víctimas rescatadas de lodo y escombros comienzan a circular.

Las autoridades municipales salientes, más preocupados en cómo hacer la entrega del cargo que en reparar los daños dejados por las lluvias; en el caso de la capital, era similar dinámica pero el alcalde electo Alejandro Arcos Catalán comunicó por redes sociales que, ante la magnitud de la catástrofe, la toma de posesión sería discreta, sin aspecto de festejo, por lo que los preparativos para hacer el cambio de gobierno en el zócalo se suspendían.

Del gobierno federal tampoco hay gran atención a las afectaciones. El martes inicia un nuevo sexenio y los preparativos para una fiesta en grande centran la atención.

De parte del gobierno estatal, a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda se le vio dando instrucciones para reparar un socavón en la carretera a Oaxaca por Costa Chica, en el municipio de Cuautepec, pero la lluvia reinició con mayor fuerza y después a través de redes sociales pidió a la población que habita en municipios costeros extremas precauciones y en Acapulco, no hacer compras de pánico. La ciudadanía atendió al revés el llamado.

A partir de ahí, lo que se vio en las calles y redes sociales fue al personal de Protección Civil en brigadas yendo de un lado a otro. También aparecieron cuadrillas de trabajadores de la CFE. Ellos se encargaron de limpiar, despejar y rescatar lo que pudieron. Llegaron también militares y policías al rescate, pero los daños se reportan por doquier.

Y la contingencia apenas inicia. No hay Fondo de Desastres; el gobierno estatal tampoco podría atender a los damnificados para resarcir las pérdidas materiales. Hace un par de semanas, hubo una protesta de personas que fueron afectadas en octubre del año pasado por el huracán Otis. Se quejaron que todavía no llegan los enseres prometidos.

Tras playa destruida, alcalde a la cárcel

El 19 de junio, tras que se diera el asesinato de Salvador Vivalba Flores, alcalde que resultó electo en la contienda del primero domingo de junio pasado en Copala, asumiría el cargo Rogelio Lozano, suplente registrado. La particularidad del asunto es que ambos eran marinos retirados. Ese municipio fue de los más dañados por el embate de John. En playa Ventura, de 20 restaurantes que había, ninguno quedó en pie. En un primer recuento de los daños, fue el municipio más afectado.

Este sábado 28, la Fiscalía General del Estado de Guerrero dio a conocer que se cumplimentó una orden de aprehensión “emitida en contra de Rogelio N., por su probable participación en el delito de desaparición de persona cometida por particulares, en perjuicio de una persona de identidad reservada, por los hechos ocurridos en Copala”.

Prosigue el comunicado: “Trabajos de campo y gabinete desarrollados por agentes de la policía investigadora ministerial, permitieron la localización y captura del imputado en calles del municipio de Copala, mismo que al ser plenamente identificado, fue notificado del mandamiento judicial en su contra”.

Las autoridades ministeriales no aportaron mayores datos ni el motivo de la detención, pero una versión que circuló al respecto señala que al alcalde suplente lo inculpan en el crimen del alcalde electo. Asumiría el cargo en dos días.

Lo que se recuerda del asunto, es que Villalva Flores fue asesinado el lunes 17 de junio cuando regresaba de la Ciudad de México en un autobús sobre la carretera federal a la altura San Pedro las Playas, municipio de Acapulco.

Familiares, amigos y vecinos del alcalde electo que fue postulado por el Partido México Avanza, exigieron a las autoridades justicia. Pidieron investigar a la alcaldesa con licencia postulada por el PRD y ahora diputada local electa por Morena, Guadalupe García Villalva, prima de la víctima.

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