Mendigar, pa’ no robar, opción de los pobres afectados por la pandemia en Acapulco

Como a las cinco de la tarde del pasado miércoles seis de mayo, caminaba por la avenida Costera Miguel Alemán del puerto de Acapulco, a la altura del entronque con la Vía Rápida (anteriormente conocida como la calle Diego Hurtado de Mendoza), cuando me percaté de una manifestación de un pequeño grupo de personas, que me llamó la atención.

Me pasé a un extremo de la Glorieta que da a la orilla de la playa, para tomar algunas fotos, al llegar al camellón para retornar a la esquina del mercado de artesanías “Papagayo” (que hasta hace algunos años se ubicaba al otro lado de la esquina, antes de que se construyera ahí el “Edificio Inteligente”, durante el sexenio del Gobernador del estado de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo [2005-2011] y que se llamaba Mercado de Artesanías “Noa-Noa”, por un anterior centro de recreación que así se llamaba), me abordó quien parecía encabezar la pequeña manifestación (como de algunos treinta y tantos años de edad y de aspecto algo humilde), para preguntarme intrigado, que para qué eran las fotos, a lo que le respondí que para el periódico semanario “La Palabra” para el que colaboro, ya que me pareció interesante su manifestación, procediendo a identificarme, enseguida accedió a concederme una pequeña entrevista.

Cuestionado al respecto, dijo llamarse Samuel Mendoza, ser padre de familia, conformada con su mujer y sus cuatro hijos menores de edad.

Señaló que la pandemia del Coronavirus ha afectado la actividad turística en Acapulco, y que debido a las medidas que han implementado nuestras autoridades estatales y municipales para combatir la propagación de esa enfermedad, ellos, como vendedores en las playas de Acapulco, han resultado afectados, ya que no hay turistas a quienes vender, y que entraron a una situación crítica desde hace como un mes, ya que ahorita no tienen trabajo, están sin tener qué comer, y el gobierno casi no los ha apoyado con despensas, pues la única que les dieron, fue hace casi como un mes, y desde entonces nada, y sólo han podido sobrevivir gracias a la gente que les pasa a dejar comida y les dejan algún apoyo, pero de las autoridades, nada, y que pues su mujer y sus cuatro menores hijos, requieren de alimentos como leche y además pañales.

Ahorita, por ejemplo -agregó-, se vieron en la necesidad de manifestarse con carteles en ese entronque, para pedir el apoyo de los conductores de vehículos, con lo que fuera su voluntad, ya sea un peso o dos, “pa’ la leche, los pañales”.

Cuestionado sobre si no encontraban otra manera para sobrevivir, respondió Samuel que “no hay otra manera, más que pidiendo en lugar de andar robando o haciendo otras cosas malas”.

Y agregó, que tienen la esperanza de que la autoridad los ayude algún día, ya que no sabe para cuándo va a terminar esto de la pandemia del Coronavirus, ya que primero habían dicho que en un mes, pero luego agregaron uno más, así que quién sabe -señaló,  y que mientras tanto van a seguir pidiendo “lo que sea su voluntad”, para sacar cuando menos “pa’ los chamacos, porque no hay de otra”.

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