A dónde ir en Acapulco: Pie de la Cuesta, la puesta de sol única en el mundo

 

 

Está ubicada en la zona Poniente de Acapulco, precisamente donde se “pone” el sol, o como decimos turísticamente:  donde está la puesta de sol, la mejor del mundo.

Es la playa de Pie de la Cuesta, una zona a las orillas de Acapulco que colinda con el municipio de Coyuca de Benítez con el cual comparte dicho atractivo y en donde se mezclan las aguas dulces de la Laguna de Coyuca con las aguas saladas precisamente de Pie de la Cuesta.

Es de los pocos lugares en Acapulco que aún conserva ese ambiente localista, costeño, ambiente agradable que se traslada incluso a las maneras en que se brinda la atención por parte de los prestadores de servicios turísticos.

Por el hecho de haber conservado hasta hoy su tradicionalidad playera, es la razón por la que no es considerada una zona de alto impacto económico, sino que es más bien una playa en donde las familias de poco poder económico pueden pasar agradables días y tardes a un costo realmente bajo.

No obstante, recientemente se ha dotado a esta zona de herramientas para hacer aún más satisfactoria la estancia de los visitantes, como lo representa el alumbrado público que ahora muestra en todo su esplendor la zona playera durante las hoy románticas noches que invitan a la bohemia.

Una de las características del servicio que puedes encontrar en estos lugares, son las hamacas hechas por artesanos costeños en donde podemos descansar plácidamente mientras escuchamos el arrullo del mar y sentimos sobre nuestra piel la brisa marina.

La zona de playa es basta, por lo que el paseante tiene la posibilidad de elegir lugares de poca aglomeración de paseantes, para el descanso real, o de gran concentración de bañistas para estar en ambiente.

¿Y la gastronomía? Pie de la Cuesta es una zona con amplia variedad económica en materia de gastronomía, por lo que los visitantes pueden elegir entre un restaurante con especialidades en mariscos y cocina mexicana, o bien puede optar por adquirir productos que ofrecen vendedores ambulantes: sopes (picadas), tostadas, tacos, quesadillas, entre otros, de la gran variedad de antojitos costeños.

El clima en Pie de la Cuesta es muy singular, es un calor exquisito con aroma a sal de la brisa marina; igual se puede antojar un vaso de exquisita agua fresca preparada por lugareños, de Jamaica, limón o coco, o combinar esta última bebida con algo más fuerte como ron o ginebra, coctel clásico en esta zona de la costa, o bien, simplemente una cerveza bien fría, la clásica.

Y lo mejor: la increíble puesta de sol que ha sido fotografiada y grabada miles y miles de veces, ayer por cámaras en blanco y negro, luego a color, y hoy con todo tipo de plataformas tecnológicas, desde celulares para tomarse a manera de selfie, hasta drones que hacen tomas increíbles para el recuerdo, para subirlo a las redes sociales.

Es muy difícil encontrar en el mundo un lugar en donde se contemple de manera tan espectacular la puesta del sol; lo han dicho los viajeros que han recorrido el planeta. Aquí tenemos esta maravilla, a nuestra mano, y sólo tenemos que acudir, rentar una hamaca o una silla playera y contemplar el fantástico espectáculo. 

Esta maravilla está ubicada a menos de 10 kilómetros al norte de Acapulco y separa al Pacífico de la Laguna de Coyuca de Benítez.

Sólo hay que tomar en cuenta que esta playa está ubicada frente a mar abierto, aunque sus aguas no son profundas, sí tienen fuerte oleaje. 

El lugar, de finas arenas, es muy concurrido por quienes gustan de los paseos a caballo por la playa o para disfrutar de los espléndidos atardeceres.

En síntesis, para ver las mejores puestas de sol, nada como Pie de la Cuesta y sus mágicos y encendidos atardeceres que durante muchos años han atraído a miles visitantes, convirtiéndola en un punto obligado de quienes visitan Acapulco. 

¿Se ha preguntado a dónde ir cuando está en el puerto? Venga a Pie de la Cuesta, y mientras espera la despedida del astro rey, puede saborear la bebida de su preferencia o uno de los sabrosos platillos ofrecidos en sus acogedores restaurantes, o bien, galopar por la arena, llevando las riendas de un brioso caballo costeño.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *