Las concesiones dadas por Conagua, de 1992 al 2020, priorizaron a corporaciones: secretario del Agua del Estado de México

El secretario del Agua del Estado de México, Pedro Moctezuma Barragán y la Maestra María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora del Conahcyt, durante la presentación del libro “El agua en nuestras manos”. Fotos: SAGEM.

*Ello, en detrimento de los bienes comunes, la integridad de ecosistemas y el entramado social

*Señaló, al presentar el libro “El agua en nuestras manos”, editado por el FCE y Conahcyt

José Manuel Reyes Camero

El Secretario del Agua del Estado de México (SAGEM), Pedro Moctezuma Barragán, advirtió que el sobreconcesionamiento de agua, realizado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) –al pasar de dos mil concesiones en 1992, a 514 mil en 2020–, priorizó los grandes intereses de las corporaciones, en detrimento de los bienes comunes, de la integridad de los ecosistemas y del entramado social mismo.

Próximamente –en febrero del 2024–, en el Congreso de la Unión, se tendrá que retomar la batalla por la promulgación de la Ley General de Aguas, que el derecho humano a este recurso reglamentará y que un retraso de  11 años lleva ya.

Advirtió lo anterior, en jueves 14 de diciembre del 2023, durante la presentación del libro El agua en nuestras manos, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt), que dirige la Maestra en Ciencias Biológicas, María Elena Álvarez-Buylla Roces, también presente en el evento.

En el libro, que compila movimientos locales y sobre este recurso, una radiografía de la crisis elabora, señala Moctezuma que, después de que la Ley de Aguas Nacionales se estableció hace casi tres décadas, mediante decreto presidencial del Registro Público de Derechos de Agua (Repda), se eliminaron los derechos al agua y las dotaciones y restituciones de los núcleos agrarios, a quienes se obligó a solicitar concesiones, pero con el riesgo de perderlas.

Advirtió además que –sumado a ello–, entre el 2003 y el 2018, aumentó el Estado la imposición de megaproyectos hidráulicos (como acueductos, pozos ultraprofundos, trasvases, megapresas y desalinizadoras), a la vez que generó políticas, que alentaron la especulación inmobiliaria y agudizaron la saturación urbana, en zonas sin disponibilidad hídrica.

Asimismo, que en zonas desérticas se benefició a las cerveceras, como en el caso de Constellation Brands en Mexicali; los agronegocios basados en monocultivos de exportación, se estimularon en semiáridas zonas de  Baja California, Sonora y Chihuahua; y en Coahuila, ha permitido la sobrexplotación del subsuelo, a los grandes lecheros en La Laguna, con el consecuente proceso de arsenización.

También precisó que, 70 por ciento del volumen de agua dulce, lo absorbe la agroexportación. En este contexto –enfatiza–, sin cotidiano acceso al líquido, hay 41 millones de mexicanos y, los que en su casa carecen de conexión de agua potable, son 8.5 millones.

Expuso que en México es tan deficiente este servicio, que por miedo a enfermarse, a la población orillan a gastar, parte importante de sus ingresos, en agua embotellada de marcas trasnacionales.

Además, que el auge de venta de agua embotellada se propició y en el mayor consumidor per cápita de este producto, se ha convertido el país.

Y que con un gran costo para la gente, a Coca-Cola, PepsiCo y Nestlé, se favoreció con este 77 por ciento, ya que el agua embotellada es entre 240 y 10 mil veces más cara, que el agua de la llave.

En resumen –concluyó–, un consistente avance  se ha dado en el país, en la privatización y construcción de megaobras hídricas, de la mano de la apropiación privada del agua, a fin de favorecer a diversas ramas agropecuarias, industriales y de servicios, cuyos grupos corporativos, han acumulado poder político creciente, al amparo de la Ley de Aguas Nacionales. (Con información nacional)

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