No alcanza el salario para comer

El porcentaje de la población con ingreso inferior al valor monetario de la canasta alimentaria, denominada técnicamente “pobreza laboral” a nivel nacional, disminuyó 0.5 puntos porcentuales entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, al pasar de 38.3 a 37.8 por ciento; en Guerrero también disminuyó la pobreza laboral pero paradójicamente, a más de la mitad de la población no le alcanza el dinero que percibe para adquirir la canasta básica alimentaria.

De acuerdo con los datos más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el sureste del país es el más rezagado, como lo ha estado a lo largo de la historia nacional. Chiapas, Oaxaca y Guerrero tienen el 67, el 59.4 y 58.1 por ciento de su población tan pobre que no alcanzan, sus habitantes, a obtener la alimentación requerida.

En contraste, los norteños estados de Baja California Sur, Baja California y Chihuahua cuentan con apenas el 16, 19.9 y 23.4 del porcentaje de población que con sus ingresos no tienen lo suficiente para comer, según datos recabados en el segundo trimestre de 2023.

La disminución anual de la pobreza laboral se dio en un contexto donde el número de personas ocupadas aumentó en 1.1 millones, pero este incremento anual en el número de ocupados es menor al mostrado en el primer trimestre de 2023, que fue 2.4 millones. Adicionalmente, la disminución anual de la pobreza laboral se dio a la par de un aumento del ingreso laboral real per cápita (6.8 por ciento), así como del incremento promedio del valor monetario de las Líneas de Pobreza por Ingresos que en este trimestre fue de 8.8 y 9.3 en los ámbitos rural y urbano, superior a la inflación general anual de 5.7.

Desde el tercer trimestre de 2021 al segundo trimestre de 2023, se han presentado disminuciones en la pobreza laboral; sin embargo, la reducción de este último trimestre fue menor en comparación con los trimestres anteriores.

Entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, la pobreza laboral disminuyó en el ámbito rural 1.7 puntos porcentuales al pasar de 52. a 50.2; mientras que en el urbano permaneció en niveles similares de 33.9.

Aunque parece contradictorio, se agrega que el poder adquisitivo del ingreso laboral real promedio por persona tuvo incremento de 6.8 entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, al pasar de 2 mil 880.91 a 3 mil 76.13 pesos al mes. Un aumento aproximado de 195.22 pesos respecto al segundo trimestre de 2022.

De manera trimestral, entre el primer y el segundo trimestre de 2023, el poder adquisitivo del ingreso laboral real promedio por persona aumento 0.6 a nivel nacional, al pasar de 3 mil 58.60 a 3 76.13 pesos mensuales, es decir, tuvo un aumento de alrededor de 17.53 pesos.

El incremento del ingreso personal, aunque no se anota en el reporte dado a conocer a inicios del presente mes, es producto de los aumentos al salario mínimo y los apoyos económicos directos de programas gubernamentales como pensión a los adultos mayores.

Por esos apoyos de dinero en efectivo fue posible que la pobreza laboral disminuyera 0.5 puntos porcentuales a nivel nacional entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, lo cual se vio reflejado en una disminución de la pobreza laboral en 18 de las 32 entidades federativas. Hidalgo tuvo una disminución de 4.5 puntos porcentuales, Guerrero, 4.4, y Puebla 4.2. Las entidades que presentaron mayor aumento fueron Veracruz con 4.5 puntos porcentuales; Zacatecas con 3.2 y Colima con 3.1.

Pero mientras se daba la disminución de la pobreza laboral entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, el valor monetario de la canasta alimentaria promedio aumentó 8.8 y 9.3 en el ámbito rural y urbano, respectivamente. Ambos incrementos fueron mayores a la inflación anual promedio del segundo trimestre 2023 del 5.7. Los alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar tuvieron la mayor incidencia en la variación porcentual anual. En el ámbito rural, la tortilla de maíz y el huevo ocuparon el segundo y tercer lugar con la mayor incidencia; mientras que en el ámbito urbano fue la leche pasteurizada de vaca y otros alimentos preparados.

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