7 de junio, ¿qué nos pasa?

Gráfica: Tomada de Facebook

 

Hace escasos días falleció el actor y comediante Héctor Suárez, quién a través de uno de sus programas de televisión más exitosos, “¿Qué nos pasa?”, desnudó parte de la idiosincrasia mexicana, de lo que ocurre no sólo en el ámbito político sino incluso en la intimidad de los hogares de la gente como uno.

¿Qué nos pasa?, me he preguntado una y otra vez y, hoy 7 de junio en que se conmemora el Día de la Libertad de Expresión, fecha que los periodistas hemos adoptado como propia, me lo volví a preguntar.

Durante el segundo foro de comunicadores efectuado en Acapulco en la era moderna, y primera vez que se hace de manera virtual  -vía Zoom-, coincidieron los asistentes en un tema: exigir a la Fiscalía del Estado de Guerrero el esclarecimiento de la desaparición de Víctor Fernando Álvarez Chávez, conocido también como Apontito, quien según la autoridad está muerto.

Y en caso de que se demuestre que está sin vida, la exigencia es su esclarecimiento, dar con el o los culpables, de acuerdo a lo que expusieron la Asociación Nacional de Locutores, delegación Guerrero; el Club de Periodistas de Guerrero AC, el Frente de Periodistas de Guerrero Juan R. Escudero, la Asociación de Periodistas Francisco Zarco del estado de Guerrero AC, entre otros comunicadores organizados e independientes.

En la anterior postura coincidió el dirigente en Acapulco del SNRP en Acapulco, Ernesto Caballero Zamora, mediante un video mensaje hecho circular en las redes sociales.

Es decir, coincidencias en un tema circunstancial, pero no en el de fondo, en la prioridad a la que nos debería llamar un día como éste y todos los días de nuestra ocupación como periodistas: la unidad.

Y no es que sea poca cosa que todos unamos nuestra voz para pedir, en efecto, justicia para nuestro compañero y su familia, sino que la unidad debería ser una forma de vida de los comunicadores, así como se puede dar entre abogados, médicos, y muchos grupos organizados.

Pero sucede que en el diario acontecer nos estamos atacando o discriminando, nos estamos sintiendo superiores a los demás, envidiamos a quien le va bien, y al que le va mal lo ignoramos; decimos que fulano o sutano no es periodista, como si tuviéramos una vara para medir quien sí y quien no, sugerimos al político que lo saque del convenio o que se lo rebaje porque no tiene seguidores en su Fanpage o visitas en su portal de noticias.

Pero cuando muere un compañero nos desgarramos las vestiduras exigiendo, y exigiendo, y exigiendo a la autoridad. Y repito, antes de que se malinterprete, no es que esté mal exigir justicia, sino que no deberíamos esperar una desgracia para manifestar una unidad que, en esta circunstancia, pudiera parecer ficticia… y hasta oportunista.

En el primer foro, efectuado en las instalaciones de la Universidad Americana de Acapulco hace un año exactamente, lo manifesté e insisto: mientras cada quien jale por su lado, mientras cada quien cuide un convenio en perjuicio del compañero, mientras vendamos nuestro criterio y no espacios en medios, los periodistas estaremos desamparados, a merced de quien maneja los presupuestos, ¿por qué?, porque aunque tengamos compañeros en posibilidad de apoyarnos, no lo harán, o no lo haremos cuando nos  toque estar en el lugar donde se toman las decisiones.

¿Por qué? Porque no hay tal solidaridad.

Hay que decirlo: la palabra unidad la conocemos, pero parece que no; la utilizamos, pero no la practicamos. Es muy buena para ponerla en un discurso, abusar incluso de su uso, ¿no es lo que hemos llegado a criticar en políticos?, ¿dónde está la congruencia entre lo que decimos y hacemos?

En este segundo foro se reconocieron trayectorias de compañeros: José Antonio Rivera Rosales, Fanny Karina Obé Hernández, Ignacio Hernández Meneses, Rosalba Ramírez Hernández y Emilio Bustos Aguilar. Bien, excelente por ese galardón “de periodista a periodista”; me uno sinceramente a las felicitaciones de los colegas.

No pude asistir a la sesión virtual y eso me dejó una insatisfacción y una obligación de ofrecerles disculpas a quienes sí asistieron. Aquí lo hago.

Compañeros organizados e independientes:

Mientras estemos desunidos, porque lo estamos, seremos débiles sin importar qué tan grandes periodistas nos sintamos como individuos y, repito lo que dije hace un año: si nos uniéramos de verdad, no sólo seríamos fuertes, sino invencibles. Así nomás.

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