Coyunturas políticas: Del Estado de Derecho al estado de indefensión

Durante su encuentro con etnias de Oaxaca el pasado fin de semana, el presidente de la república reiteró la postura oficial sobre lo que ha sido el primer sainete político del sexenio: “Si se hubiera dado la orden de mantener a costa de lo que fuera el operativo, estoy seguro de que no estaríamos ahora en paz, con la tranquilidad que ya está Mazatlán, en Sinaloa, y que ya estamos en todo México”. Aún más: “Tuve que respaldar la decisión del gabinete de seguridad; me informaron que iban a detener a un presunto delincuente famoso. Lo rodearon y se puso muy difícil la situación (…) respaldo la decisión que no se dieran enfrentamientos: no a la masacre porque no queremos la violencia. Queremos la paz y la tranquilidad”. Un día después de la detención-liberación, espetó: “Es una exageración decir que ha fracasado la estrategia contra la delincuencia”,

La actitud tomada frente al embate de uno de los grupos delincuenciales organizados del país generó avalancha de críticas. La BBC de Londres mostró su estupor por lo ocurrido el jueves 17, insertando una galería fotográfica de las escenas de pánico y destrucción en la capital de Sinaloa. La Opinión de Los Angeles destacó lo dicho por el Ejecutivo: “No se puede apagar el fuego con el fuego (…) la estrategia anterior convirtió al país en un cementerio”, en

referencia a los gobiernos de los expresidentes Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2012).

La controversia se vio reflejada en redes sociales, bajo las etiquetas #AMLOEstamosContigo, #AMLORenuncia y #EstadoFallido. Lo peor es que los críticos recordaron, revivieron y reenviaron un tuit de Andrés Manuel López Obrador de 2015, a propósito de la fuga (segunda) de Joaquín Chapo Guzmán en el gobierno de Peña Nieto: “Si cuando menos no renuncia el gabinete de seguridad, va quedar la idea de que hubo complicidad al más alto nivel”.

Debilidad del Estado, ingobernabilidad, reflejo de la incapacidad de afrontar el principal problema que aqueja a la ciudadanía. Esas y otras críticas fueron vertidas; los defensores no saben qué decir. ¿Hay ingobernabilidad? Según los conceptos básicos (obtenidos de libros en la web), ingobernabilidad “es lo opuesto al Estado de Derecho, al imperio de la ley”. También “es un fenómeno político que significa un desperfecto sustancial en el ejercicio de la función gubernamental. La función central de todo gobierno es el mantenimiento de circunstancias propicias al disfrute de la vida libre de sus ciudadanos”.

Otra definición: la ingobernabilidad es “una debilidad de las instituciones (…) las acciones gubernamentales no tienen resultados, o si los tienen, ellos son poco claros y discutibles”. Sin embargo, a diferencia de los conceptos sobre ingobernabilidad, la violencia en Sinaloa y otras entidades del país no ha sido utilizada por los opositores políticos del presidente de la república para embestir y

derrocarlo. En este sentido, lo que cabe en cuanto a la crítica es señalar al gobierno federal de debilidad.

Pero entonces, se da la situación extrema de ubicar al Ejército, a las fuerzas gubernamentales, como instituciones blandas cuando en el pasado reciente, todavía en el gobierno de Calderón Hinojosa, se les acusaba de asesinar a mansalva, sobre todo a los opositores políticos. Desdibujada quedó la imagen de los militares ascendiendo por montes e incursionando en selvas, buscando guerrilleros o gavilleros, combatiendo narcotraficantes y salteadores.

Y al contrario de la postura del Ejecutivo federal y sus colaboradores, dejar en libertad a un peligroso (y famoso) delincuente no trae tranquilidad a la ciudadanía. Que los encargados de combatir a los maleantes se muestren acobardados ante ellos hace recordar a los personajes de la serie cómica El Chapulín Colorado cuando exclamaban: “Y ahora, ¿quién podrá defendernos?”.

No hay tranquilidad. Las fotos de un día después de los combates en Culiacán muestran el abandono de la ciudad. Nadie quería salir a pasear o comprar o realizar gestiones administrativas porque los maleantes andan sueltos y hacen correr a militares, policías y funcionarios,

Tan solo por recordar, un día antes de la captura momentánea del hijo de El Chapo, autoridades federales dieron cuenta de un enfrentamiento en la comunidad de Tepochica, municipio de Iguala, con saldo de 14 maleantes y un soldado muertos. Tras reportes periodísticos que pusieron

en tela de duda la actuación militar, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió un comunicado donde informa que investigará para deslindar responsabilidades, tratando a los civiles fallecidos como “víctimas”.

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