El Halcón Peregrino : El «Canelo» Álvarez, un mercadólogo del box

En domingo tres de noviembre pasado, el boxeador mexicano Saúl «Canelo Álvarez, se enfrentó en dificilísimo combate a decir de los expertos, al ruso Sergey «Krusher» Kovalev, por el título semicompleto de la Organización Mundial del Boxeo, a quien venció en el undécimo asalto, mediante un gancho de zurda y un «mortifero» cruzado… Convirtiendose así, en el primer pugilista en tener tres campeonatos del mundo en diferentes categorías en 81 años, desde que el estadounidense Henry Armstrong lo consiguiera…

Al respecto y sobre la calidad del peleador oriundo del estado de Jalisco, las opiniones se dividen, ya que mientras unos consideran que ya no existen dudas sobre el rendimiento del «Canelo» Álvarez, otros todavía lo colocan lejos de las grandes figuras del boxeo en México…

Ahora bien y a criterio de este columnista, independientemente de la calidad boxística del boxeador de marras, hay que destacar que el «Canelo» Álvarez, ha resultado ser muy bueno para la mercadotecnia boxística… Muy bueno para venderse y sacar provecho de muchos o casi todos los productos y servicios relacionados con sus peleas y promocionados por las mismas, lo que le ha permitido vivir muy cómodamente, a el y su familia, al grado de poder adquirir y coleccionar vehículos de lujo…

Quién sabe si a cambio de las catarsis «Nivel Dios», que sus seguidores quizás alcancen con cada una de sus peleas; ya que ninguna persona en este mundo (ni siquiera el propio «Canelo» Álvarez), es capaz de crear la riqueza que el «Canelo» ha acumulado a lo largo de su trayectoria boxística, a menos que forme parte de esa minoria (los capitalistas), que se apropia indebidamente del ingreso y la plusvalía generados por cientos, miles o millones de empleados y trabajadores, bajo la forma (en el caso del «Canelo») de compraventa de su «espectáculo» boxístico, y de todos los bienes y servicios relacionados con y promocionados por éste…

Tanto así, que cuando los admiradores del «Canelo» Álvarez (recargados en su modesto vehículo de al menos unos diez años de antigüedad, la vivienda con falta de mantenimiento y a veces sin pan que llevar a la boca), vean una imagen de su ídolo, presumiendo su colección de vehículos de lujo último modelo, muy probablemente hinchen su pecho y, con la cabeza dirigida al infinito, piensen con regocijo en su corazón: «Yo he contribuido a las riquezas de mi ídolo, el «Canelo» Álvarez»…

A mayor abundamiento, lo poco que he visto y leído sobre el «Canelo» Álvarez por conducto de los medios de comunicación masiva, me permite asegurar que el «Canelo» posee el conocimiento y la experiencia suficientes, como para al menos, seguir al pie de la letra las indicaciones dadas por el ex pugilista Óscar de la Hoya (su patrocinador), mostrando la imagen de un boxeador que -comenzando desde abajo- ha alcanzado el éxito y lo sabe administrar, gracias al patrocinio de Óscar de la Hoya y porque así le conviene a éste, como exitoso empresario del boxeo, siempre en busca de talento boxístico…

Situación -hay que destacarlo también- que no aconteció con grandes campeones mundiales que ganaron inmensas fortunas, pero que no las supieron administrar y las derrocharon, terminando peor que cuando empezaron: en la miseria… Como un «Mantequilla» Nápoles y un Rubén «Púas» Olivares, por ejemplo…

Asi pues, me quedo con el punto de la capacidad del «Canelo» Álvarez, para convertir y convertirse, en un «producto indispensable para las masas»…

Es decir, el «Canelo» Álvarez, más que un boxeador, es un experto mercadólogo del box…

Salvo su mejor opinión, querido lector…

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