El semáforo político

Tiempos álgidos de la política mexicana. Tiempos de la efervescencia política mezclada con la pandemia. El semáforo de la política está en naranja y pronto podría pasar a rojo con las campañas y con las promesas que son el gancho para atraer votantes. ¿Y la democracia? Aún no llega. La democracia es una doctrina difícil de profesar cuando están de por medio los intereses de los políticos antes que los del pueblo.

Los jaloneos políticos están presentes en todo momento y como siempre. El semáforo de las elecciones se mezcla con el semáforo de la pandemia. El semáforo del covid-19 marcha paralelamente con el semáforo de los intereses políticos. Podría haber rebrotes en el ámbito político y también rebrotes en el ámbito de la pandemia que ha asolado a la humanidad.

Se mueve la corriente partidista favor de los vientos políticos. Todo lo mueve el interés por el poder. El interés por el poder y por el dinero. Por el fuero y por la impunidad. Por el indulto político en tiempos de cuidar los intereses personales. Los políticos grandes no son juzgados y no van al bote, claro está, para qué le hacemos al cuento. Ellos están protegidos por la ley y por el mismo poder.

El poder y el fuero, léase impunidad, que les ha dado el mismo pueblo con sus votos, siempre han imperado en el sistema político mexicano. El abuso y la explotación del hombre por el hombre son las premisas y las tesis filosóficas en la historia de las sociedades. En la historia de la lucha de clases.

Está más que claro, que al político no le importa el pueblo. Aquí se presenta, pues, el binomio ricos y pobres. La sociedad sólo tiene dos polos. Y como en todo, sólo tiene dos extremos. Dos clases, pues: la clase alta y la clase baja. Lo demás son extractos de clase. La política, pues, corre en dirección de los vientos políticos. En dirección de los intereses personales. Son dos polos opuestos los que están en juego en la historia del hombre y de la sociedad.

La existencia de una clase social es la existencia de la otra. No puede existir la una si no existe la otra. No puede haber ricos si no hay pobres. Es la premisa de la explotación del hombre por el hombre. Son dos polos mutuamente dependientes. La lucha de los extremos, en la historia de las sociedades, también es parte de la historia de lucha de clases.

Los semáforos de la política y de la pandemia se mueven al compás de los intereses poderosos. Y los políticos renuncian a sus cargos actuales para buscar otros cargos, buscar los rumbos de los intereses elitistas que cambian al compás de los tiempos álgidos de la corriente política. Más descaro no puede haber. Y como dice por ahí, la perritura se ve y se siente en los tiempos de los vientos electorales. Es la historia de la sociedad y del hombre en la política…en los tiempos del…SEMÁFORO POLÍTICO…

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